México Noroeste y Estados Unidos Suroeste. Mexico-Northwest and United States-Southwest.

 Delta y Cuenca del Río Colorado.

Proyecto Mareomotriz Montague.

Las periódicas inundaciones ocasionadas por los deshielos de primavera, que se originan en las montañas Rocosas -parte alta de la cuenca del río Colorado-, motivó que el gobierno de Estados Unidos de América iniciará a principios del siglo XX los estudios y proyectos para ejecutar un fundamental y subsiguiente programa de construcción de grandes obras de infraestructura básica en los estados del suroeste  -California, Arizona, Nevada, Utah, Colorado, Wyoming y Nuevo México- para controlar definitivamente los torrenciales caudales de la cuenca y aprovecharlos en generar energía eléctrica, producir alimentos, dotación de agua, navegación y turismo.

La Comisión del río Colorado, durante su primera sesión efectuada en enero de 1922, discutió la construcción de la presa Boulder -después se llamó Hoover- de 225 metros de altura y 35 000 millones de metros cúbicos de almacenamiento, que sería el principal proyecto de infraestructura para controlar y regular la parte media y baja de la cuenca. Su ejecución se autorizó en diciembre de 1928 y los trabajos comenzaron durante el primer cuadrienio del presidente Franklin D. Roosevelt (1932 a 1945), conforme a los lineamientos del plan de gobierno denominado El Nuevo Convenio (New Deal), propuesto para reactivar la economía, entre otras acciones prioritarias, mediante la realización de ambiciosos y rentables programas de obra pública, lo cual aseguró superar la grave recesión económica e inconformidad social que agobiaba a su país en los años treinta.

Así surgieron, en varias regiones de Estados Unidos importantes presas, embalses, centrales hidroeléctricas, distritos agrícolas, hidrovías, autopistas, ferrocarriles, etc., que sustentaron un crecimiento económico integral sin parangón en la historia moderna; a grado tal, que veinte grandes obras de infraestructura se construyeron simultáneamente. Las comisiones del río Columbia, del río Colorado, del Valle del Tennessee y otras más, dirigidas y coordinadas por la Oficina de Recuperación y el Cuerpo de Ingenieros del Ejército, transformaron zonas amenazadas por incontrolados ríos, territorios agrestes e improductivos, ciudades con escasez de agua, en bien planificados desarrollos urbanos, industriales y agropecuarios.

Cuando la Oficina de Recuperación inició en 1933 la construcción del sistema de presas sobre el río Colorado, tal vez no previó las inherentes afectaciones que se provocarían en su desembocadura, derivadas por la drástica reducción de sus escurrimientos -de 17 500 millones de metros cúbico promedio anual (555 m3/s), disminuyeron a menos del diez por ciento-; lo cual, al combinarse con las grandes mareas que se internan más de cincuenta kilómetros río arriba, ocasionaron con el transcurso de los años diversos daños en territorio mexicano.

Al reflexionar que los valles de Mexicali e Imperial se formaron con las milenarias crecientes del río Colorado, rellenándose con enormes volúmenes de lodo y sedimento que el río transportaba por la erosión del Gran Cañón y del Cañón Glen, permite tener una idea de las frecuentes modificaciones, que desde la puesta en servicio de la presa Boulder-Hoover en 1936, suceden en el delta. La magnitud de sus anteriores inundaciones se manifiesta en el sumidero Saltón, ubicado a 60 kilómetros al norte de Calexico y a 85 metros bajo el nivel del mar, que se convirtió en un mar interior de 780 kilómetros cuadrados con la inundación de 1904, y a partir de entonces se conserva siempre con agua, ya que almacena las descargas residuales del Valle Imperial, el cual utiliza el 80% de los caudales derivados para riego.

Esto implica, que el sistema integrado por las presas: Boulder-Hoover ubicada a 660 kilómetros aguas arriba de la desembocadura del río Colorado al Golfo de California; Davis a 560 kilómetros; Parker a 428 kilómetros e Imperial a 220 kilómetros en Estados Unidos, y la presa binacional Morelos a 178 kilómetros, que distribuye el agua que le corresponde al distrito de riego del Valle de Mexicali, alteraron radicalmente las condiciones naturales del delta. De modo que al disminuir la fuerza y constancia de los caudales del río Colorado, el interminable ciclo erosivo del mar -que de manera lenta pero invariable, restablece su antigua extensión hasta la depresión Saltón- y su acción sobre el desarrollo de la extensión del sub-acuífero en el cuerpo del delta, afecta severamente la parte de la cuenca que pertenece a México.

Al considerar que en aquella época, los aspectos y cuestionamientos ecológicos y medioambientales no interferían o se ignoraban, adquieren una evidente contradicción en esta zona, pues al eliminarse las aportaciones a la Laguna Salada -sólo recibe agua cuando ocurren deshielos y escurrimientos extraordinarios-, ubicada al suroeste de Mexicali y afectarse progresivamente la planicie costera, la marisma, el delta y, en su lugar, crear y conservar el mar interior Saltón siempre lleno, permite entender-visualizar que el sistema de presas desapareció un lago -la Laguna Salada del lado mexicano- y formó otro de superficie similar -el mar Saltón- del lado norteamericano-.

Por lo que las alteraciones a esta región mexicana con área aproximada de 5 350 kilómetros cuadrados -similar al estado de Delaware, Estados Unidos o de Colima, México-, al quedar fuera de los propósitos y planes de desarrollo integrales de la cuenca se minimizaron o bien se soslayaron. Para evitar discrepancias y tensiones en la frontera, en 1944, durante los gobiernos de Franklin D. Roosevelt y Manuel Ávila Camacho se firmó el Tratado Internacional de Límites y Aguas, en el cual se garantizó un volumen para México de 1 750 millones de metros cúbicos (55.50 m3/s), que podría incrementarse del orden de quince por ciento en años abundantes (8.50 m/3s). Desde luego esta aportación adicional es esporádica; pues generalmente la tercera parte del Valle Mexicali se riega por bombeo y la mayor superficie de la Laguna Salada permanece seca.

En esta contradictoria política de buena vecindad, no se incluyó ningún kilowatt·hora de las centrales hidroeléctricas para México. Esto, debido a que prácticamente todo el escurrimiento del río Colorado se genera en Estados Unidos, y sólo 35 kilómetros de su cauce es límite internacional y 145 kilómetros fluyen por territorio nacional. Aun así, durante las arduas negociaciones para distribuir los volúmenes de agua que le corresponderían a cada país, tuvo que insistirse para recibir un porcentaje de energía hidroeléctrica, de acuerdo al área de cuenca y a los daños progresivos en la región. Esta imprevisión se traduce en un alto costo energético-económico para cubrir la demanda de electricidad del lado mexicano con centrales que consumen hidrocarburos -ciclos combinados que requieren gas natural y en ocasiones diesel- completado posteriormente con energía geotérmica.

Después de más de ochenta años que los estados del suroeste de Estados Unidos se han beneficiado notablemente con el sistema de presas sobre el río Colorado -agua, control de inundaciones, energía, producción de alimentos, navegación, turismo-, y durante la época de su construcción, participaron a superar la agobiante crisis económica y de empleo por medio de inversiones rentables en obras de infraestructura; en la actualidad resulta oportuno y necesario, revisar y evaluar las afectaciones provocadas en territorio mexicano, a fin de establecer una solución equitativa y compatible a los intereses de ambas naciones. Esto implica para México, una nueva visión y un amplio programa de desarrollo, que diversifique el aprovechamiento de los recursos naturales.

Para determinar la mejor alternativa binacional, con total respeto a la soberanía y garantías constitucionales de los estados circunvecinos en la parte baja de la cuenca -California y Arizona en Estados Unidos y Baja California Norte y Sonora en México- se propone la realización de un trascendente proyecto no-tradicional en el delta del río Colorado, que controle el ciclo erosivo del mar, utilicen el potencial de las mareas en la producción de energía eléctrica, restablezca la comunicación de la marisma con la Laguna Salada para devolverle su otrora capacidad, facilite transformar a Mexicali en un puerto interior, y ofrezca prosperidad a los actuales y futuros habitantes.

Ante esta congruente perspectiva y con base a la nueva era de relaciones entre los dos países, derivada de los alcances, objetivos y acuerdos del Tratado del Libre Comercio (ahora T-MEC) y del futuro SHENA (Sistema Hidroenergético de Norteamérica), resulta equitativo que las inversiones de capital requeridas para el proyecto de infraestructura propuesto, el cual se construiría en la desembocadura del río Colorado se cubran íntegramente o bien el mayor porcentaje por los Gobiernos Federal de Estados Unidos y los estatales de California y Arizona.

Al tener como referencia las experiencias, circunstancias y hechos cuando se firmó el Tratado Internacional de Límites y Aguas, así como durante las negociaciones para solventar los problemas de salinización del Valle de Mexicali que por muchos años provocaron los desagües de los distritos de riego Gila y Yuma, recomiendan la ejecución conjunta de esta obra para consolidar una auténtica política de buena vecindad.

De ninguna manera su pretensión-construcción debe considerarse como una exigencia, reclamación o demanda utópica e irrealizable. La peligrosa alteración en el delta y Valle de Mexicali, con sus múltiples implicaciones actuales y futuras a ambos lados de la frontera, permite ponderar la mínima inversión requerida, en comparación con los inestimables beneficios que ha aportado el sistema de presas del río Colorado a los distritos de riego de los valles Imperial, Gila y Yuma, y a las ciudades y parques industriales del sur de  California, Arizona y Nevada. De modo que, si en el pasado no fueron de importancia las afectaciones en su desembocadura, hoy día se traducen en una justa indemnización, que aseguraría a México proteger una valiosa región del Noroeste de su territorio para impulsar su pleno desarrollo.

 

Dentro de los planes y objetivos del Proyecto de País México Tercer Milenio (www.blog.friasgroup.com), conceptuado y planificado para reordenar y descentralizar las principales regiones y áreas metropolitanas de nuestro país y solucionar a fondo los crecientes problemas de sobrepoblación, escasez de agua, energía, alimentos, vivienda, trabajo, etc., el P.M. Montague que se localizaría a 125 kilómetros al sureste de Mexicali, B.C.N. aportaría diversos beneficios regionales, como evitar la erosión del delta y la salinización de las tierras de cultivo, además de ahorrar hidrocarburos, facilitar la navegación y promover el turismo .

Al restablecerse la intercomunicación de la Laguna Salada con el embalse-marisma, surgiría nuevamente el otrora impresionante lago conjunto de 2 050 kilómetros cuadrados de área y 8 600 millones de metros cúbicos de capacidad, con la gran ventaja que será permanente. Así, lo que hoy día es una zona desértica e inhóspita y en constante deterioro se transformaría en un destino preferencial de inversión y desarrollo en el Noroeste de México, donde al contar con agua y energía suficientes podrían instalarse en sus riberas parques industriales y comerciales, centros de población, desarrollos inmobiliarios y turísticos, distritos piscícolas y acuícolas, que ofrecerían atractivas y múltiples fuentes de trabajo a los habitantes locales y evitar así, emigren en busca de mejores condiciones de vida o se dediquen a actividades ilícitas.

Asimismo, la conveniencia de contar con fuentes alternas de energía limpias, renovables y no contaminantes, recomiendan aprovechar las grandes oscilaciones del nivel del mar que ocurre en la desembocadura del río Colorado al Golfo de California -diferencia entre pleamar y bajamar más de 10 metros- para producir energía eléctrica y de este modo, sustentar el crecimiento de tan importante territorio fronterizo binacional. A continuación se presenta un compendio de sus conceptos y funciones específicas:

I.    La principal característica técnica, económica y social que diferencia al P.M. Montague con relación a otros proyectos similares en el mundo, sería básicamente el importante y vasto almacenamiento de su embalse-marisma que crearía su dique-carretero (presa-rompeolas de 7.5 metros de altura con respecto al nivel cero del mar y 48 kilómetros de longitud). Esta obra clave, además de ser una novedosa vía terrestre para autopista y ferrocarril, que uniría las dos carreteras limítrofes del embalse-marisma: Mexicali-San Felipe y Mexicali-Golfo de Santa Clara, la cual acortaría el trayecto hacia Ensenada en casi 350 kilómetros, así como al sur de la península y al observatorio astronómico San Pedro Mártir, controlaría los sedimentos-azolves, la interminable erosión marina y protegería de la salinización al distrito de riego.

II.   En forma general, por cada unidad turbogeneradora reversible de 50 Megawatts (en la actualidad existen grupos Kaplan-Bulbo de 71.50 Megawatts) se generarían 220 millones de kilowatts·hora al año. Por la capacidad del embalse-marisma, existiría mayor versatilidad de operación en la central mareomotriz, al evitar estar sujeta al régimen horario de las mareas -implicaría almacenar energía y tener mejor flexibilidad de funcionamiento-. De acuerdo con estas condiciones, la potencia recomendable por instalar sería de 800 Megawatts para producir 3 520 millones de kilowatts·hora, lo que permitiría un ahorro de 5.9 millones de barriles de combustóleo por año. Destaca el hecho, que el valioso lago natural del proyecto contribuiría a recargar el sobreexplotado acuífero del campo geotérmico de Cerro Prieto y, la evaporación, hacer menos tórrido el clima regional.

III.  Por su estratégica ubicación, facilitaría la conexión de la zona norte de la península de California con el sistema interconectado nacional, a través de la central termoeléctrica Puerto Libertad, Sonora -350 kilómetros en línea de transmisión-. De interconectarse con la red eléctrica del sur de California y Arizona, EE.UU. podría complementar parte del consumo de esos estados y obtenerse ingresos adicionales para desarrollar nuevas obras de infraestructura que apoyen y amplíen las oportunidades de progreso; o bien para recibir en otras ciudades fronterizas, una cantidad equivalente, aprovechando los convenios de intercambio de energía eléctrica.

IV.  Con la intención de garantizar los beneficios de carácter económico y social que aportaría su construcción los 3 000 millones de metros cúbicos de capacidad no-útil se emplearían para impulsar y promover la acuacultura, la piscicultura, el turismo y la navegación fluvial-marítima. Es decir, es fundamental realizar uno o varios canales a través de los bancos de arena que separan el futuro embalse-marisma de la Laguna Salada y crear así, las condiciones necesarias para transformar a Mexicali (mediante una hidrovía de 138 kilómetros y esclusas ubicadas en el dique-carretero) en un versátil y estratégico puerto interior. Si se juzga factible, una hidrovía adicional enlazaría la Laguna Salada con el mar Saltón, utilizando el canal principal oeste del Valle Imperial. Así se daría un notable impulso a las actividades económicas en toda la zona binacional y los beneficios aumentarían.

V.    También este inmenso lago natural de aguas salobres sería un agradable destino de esparcimiento y turístico, así como un gran productor de alimentos. De ser viable se realizarían obras de rectificación y dragado en el río Colorado o bien, en función a las condiciones naturales del cauce y la región, lo más conveniente sería construir la hidrovía Golfo de California-San Luis Río Colorado-Yuma de 133 kilómetros, aunado a integrar esclusas en el sitio del proyecto mareomotriz. Esto haría atractivo instalar a lo largo de sus márgenes industrias, fábricas y comercios, fraccionamientos de alta plusvalía, donde el movimiento de productos y mercancías a los mercados nacional y de exportación se efectuaría con embarcaciones que remolquen contenedores, lo cual impulsaría significativamente el comercio y la economía entre los estados fronterizos.

VI.   Este posible canal de navegación, permitiría al estado de Arizona una salida fluvial-marítima al Golfo de California-Océano Pacífico. Su factibilidad social y política, quedaría supeditada al pleno respeto de la soberanía de México, en los acuerdos-aranceles establecidos en el Tratado de Libre Comercio y en el previsible y ambicioso proyecto S.H.E.N.A. (Canadá, Estados Unidos y México). Por supuesto, sería indispensable modificar las normas de riego para mantener una profundidad adecuada en esta hidrovía internacional, a fin de facilitar en todo tiempo el tránsito fluvial, así como negociarse, conforme a principios, derechos, obligaciones y deberes propios y externos, el cumplimiento pleno de los compromisos adquiridos, sin pretensiones de modificar su esencia y función, salvo aquellas que tuvieran como finalidad el fortalecimiento de la economía y el intercambio comercial.

VII.  También este proyecto no-tradicional, crearía las bases para desalar agua de mar. La energía eléctrica se suministraría de su central mareomotriz y de futuros proyectos binacionales de generación por construirse conjuntamente en la región -solar, eólico, nuclear, hidrocinéticos-, lo cual incrementaría la disponibilidad de agua dulce para dotar algunas ciudades fronterizas de México y Estados Unidos, así como a los nuevos centros de población e industriales del Complejo de Desarrollo del Pacífico del Noroeste; importante emplazamiento regional propuesto para ordenar el crecimiento de Baja California Norte y Sonora. Por lo mismo, un volumen adicional se destinaría para regar parte de las tierras del desierto de Altar, hoy improductivas por falta del vital líquido.

De esta forma, México en la parte respectiva de su cuenca, a) eliminaría los efectos erosivos de las mareas y la creación de bancos de arena en la marisma, b) restablecería el equilibrio natural de la Laguna Salada, c) propiciaría el renacimiento de un inmenso lago en medio de una zona árida que mejoraría el clima y recargaría el acuífero regional, d) ampliaría el intercambio comercial, turístico y la navegación en la frontera, e) ofrecería a los inversionistas abundante agua y electricidad para la instalación de centros industriales, comerciales, agropecuarios e inmobiliarios y crearía infinidad de empleos en contraposición a las funciones ilegales.

En consecuencia, el uso integral de los escurrimientos del río Colorado en las presas Boulder-Hoover, Davis, Parker, Imperial y La Laguna con sus respectivas centrales hidroeléctricas, derivaciones y distritos de riego de los valles Imperial, Gila y Yuma, no seguirían dañando el territorio y alterando los ecosistema regionales en detrimento de las actividades y los trabajos productivos en la parte mexicana, debido a que las obras e instalaciones del P.M. Montague anularían las afectaciones existentes y futuras, donde su dique-carretero tendría una función relevante para recuperar el equilibrio natural y, su central mareomotriz, generar energía eléctrica con la fuerza-variación de las mareas que indefinidamente ocurren en el vértice del Golfo de California.

El patrimonio que representa para Estados Unidos este sistema de presas y los valiosos e inmensurables beneficios obtenidos con su operación durante más de siete decenios, justifican totalmente la negociación-indemnización para que México proteja esta parte de su territorio. La inversión de capital estimada para la construcción de este proyecto mareomotriz de multifunciones, es de dos mil millones de dólares por destinarse durante un periodo de cinco años; que al traducirse en una equitativa compensación, las relaciones de ambos países evolucionarán en un fuerte espíritu de cooperación y entendimiento, lo cual consolidaría y ampliaría planes, programas y proyectos de desarrollo comunitarios para construir la relación binacional del tercer milenio y, al mismo tiempo, fortalecer las bases hacia la consecución de la Nueva Nación de Norteamérica (N.N.N.A.).

Imaginar que el P.M. Montague, principal proyecto de infraestructura básica del Complejo de Desarrollo del Pacífico del Noroeste, requiere de la plena voluntad política y la conciliación de intereses de los Gobiernos de México y Estados Unidos para concretar su necesaria construcción, permite visualizar el surgimiento de modernos desarrollos interregionales -urbanos, industriales, comerciales, turísticos, de esparcimiento, agrícolas- bien planificados, competitivos y rentables, en parajes hoy desérticos y agrestes… Con el esfuerzo, audacia y decisión de los dos países para  hacerlo realidad, se vigorizarán y se estrecharán todavía más los vínculos de amistad.

 

Valle de México. Febrero de MCMLXXXVI

Actualizado a Enero de MMI

Proyecto de País México Tercer Milenio.

www.blog.friasgroup.com

http://blog.friasgroup.com/2017/04/14/sistema-hidroenergetico-norteamericano-shena/

manuelfrias@mexicotm.com

Nota: En la nueva versión del Plan Hidráulico del Noroeste (Plhino Siglo XXI), el Proyecto Mareomotriz de Multifunciones Montague, Baja California Norte y Sonora se incluye -en coordinación con la C.N.E. Islas Coronado- en la región noroeste.


Central Nucleoeléctrica Isla Coronado Sur, B.C.N.

Con la intención de contar con sitios bien definidos y planificados en la región noroeste de México, que reúnan grandes ventajas técnicas, económicas y sociales para construir, ampliar o modernizar proyectos alternos de generación de energía eléctrica, a continuación se presenta una síntesis de la Central Nucleoeléctrica Isla Coronado Sur, por localizarse a 25 kilómetros al suroeste de la ciudad de Tijuana y a 20 kilómetros al noroeste del municipio de Rosarito, en el estado de Baja California Norte:

I.    Aprovechar esta extensión territorial para desarrollar un importante proyecto nuclear, donde se instalarían cuatro potentes equipos turbogeneradores del orden de mil megawatts, los cuales producirían 7500 millones de kilowatts·hora cada uno. Además se desalarían enormes volúmenes de agua de mar, a fin de complementar el abastecimiento agua dulce a las ciudades de Tijuana, Ensenada, Tecate… en México y parte del corredor San Isidro-San Diego-Los Ángeles en Estados Unidos.

II.   En el pasado la isla Coronado Sur se empleó como centro de diversión y casino. En la actualidad, el nuevo destino que se le daría  a esta estratégica isla, seria el de contribuir a solucionar la crecientes escasez de electricidad y de agua en los estados de California, Estados Unidos de América y Baja California Norte, México; cooperación que estrecharía aun más, las relaciones e intercambios comerciales y, al mismo tiempo, expandiría la economía binacional mediante el trabajo productivo.

III.  De acuerdo con las características fisiográficas de las islas Coronado, resulta muy conveniente y congruente analizar el emplazamiento subterráneo de la central nucleoeléctrica, al asociarse las siguientes facilidades y beneficios:

IV.    Frente a una eventual falla en los reactores, los elementos y gases radioactivos quedarían atrapados en la masa rocosa. Es decir se contaría con un techo máximo de alrededor de 140 metros y no se contaminarían acuíferos, ningún centro de población y tierras agrícolas. Por supuesto, la fauna y la flora marina no sufriría consecuencia alguna, pues la conformación geológica y con un óptimo revestimiento de las instalaciones subterráneas, estarían protegidas de cualquier contingencia.

 V.    Mejor seguridad y comportamiento de las instalaciones y equipos de la central nuclear, ante los fenómenos naturales: sismos, ciclones, vientos, tsunamis…

VI.   Mayor protección por cuestiones militares y civiles, así como disminuir significativamente la posible contaminación debida al calentamiento y derretimiento de las cápsulas, contenedores y la cimentación de los reactores.

VII.  Las protestas, inconformidades e incertidumbres sociales, prácticamente se eliminarían por la ubicación aislada e instalación sui generis de la C.N.E. Isla Coronado Sur. Además, todos los aspectos, lineamientos y criterios de construcción, operación y mantenimiento se regirían por los preceptos y alcances de los convenios, acuerdos y compromisos, estipulados y especificados en los tratados binacionales   de Libre Comercio, Internacional de Límites y Aguas…  y, de ser necesario, se adecuarían a las condiciones y circunstancias futuras de colaboración.

VIII. La eventuales crisis energéticas por la que atraviesa el estado de California y sus inevitables repercusiones y afectaciones en el noroeste de México, debe traducirse en una renovada oportunidad de relación y beneficio muto para proponer y desarrollar trascendentes proyectos conjuntos. En esta nueva era de progreso compartido, los sectores privados de ambos países y las compañías eléctricas, dispondrían de factibles, rentables y competitivos proyectos de generación.

IX.   En el pasado, existió una sugerencia por parte de compañías constructoras del estado de California para la adquisición de la roca-producto de las excavaciones, lo cual permitiría economizar los trabajos, tanto de la central nuclear como en la ejecución de las obras e instalaciones portuarias; propuestas que resulta conveniente actualizar. Otra alternativa -si resulta congruente y realizable-, sería rellenar los bajos circundantes a las islas Coronado con la finalidad de ampliarlas o bien, el Banco Cortes situado al oeste de este archipiélago, con lo cual se crearían plataformas artificiales para destinos turísticos y terminales de combustibles.

X.    Con respecto al impacto medioambiental, la alternativa que representa emplazar una central nuclear subterránea, aunado a establecer estrictas normas y lineamientos de construcción y operación, resultarían mínimas, al quedar casi intocable la isla Coronado Sur. De modo que es fundamental, respetar las condiciones de vida prevalecientes durante las diferentes etapas y procesos del proyecto.

XI.   Así, al conciliar y concretar su factibilidad política, económica, técnica, social y ecológica, esta importante obra de infraestructura energética, permitiría cubrir a mediano y largo plazos la demanda de reserva, potencia y electricidad en la región noroeste del país y, simultáneamente, complementaría los requerimientos en el sur del estado de California. Las tarifas, aranceles e impuestos por la exportación-venta de energía eléctrica se establecerían acorde a la participación de las inversiones, que por su magnitud, el mayor porcentaje sería financiado por compañías de Estados Unidos.

XII.  Significa: México aportaría el sitio y las obras civiles asociadas a la C.N.E. Isla Coronado Sur -instalaciones portuarias y subterráneas, suministro de agua y electricidad, campamentos, oficinas y talleres- y Estados Unidos de América a través del Estado de California los recursos económico-financieros, equipos turbogeneradores y los reactores de la más alta tecnología que demanda este tipo de proyectos. De esa forma se canalizarían inversiones de capital y energéticas en actividades productivas y trabajos constructivos a ambos lados de la frontera, que garanticen resolver a fondo problemas comunes y, al mismo tiempo, ofrezcan renovadas oportunidades de desarrollo.

XIII. Esto implicaría, poder ser considerado como un proyecto de infraestructura fuera del presupuesto de la nación, ya que las circunstancias actuales y futuras que comparten, benefician o afectan a los dos países -como aconteció en el pasado con la seria escasez de energía eléctrica, la cual requirió de soluciones oportunas y dispendiosas-, hacen de la C.N.E. Isla Coronado Sur y de otros importantes proyectos energéticos regionales, entre los que sobresalen el Proyecto Mareomotriz Montague, el Recinto Nuclear Isla San Benito Oeste y el Centro Energético Isla Tiburón una alternativa de resolución equitativa y compartida que consolide y acreciente los vínculos de amistad y cooperación binacional.

XIV.  El pago y amortización del capital e intereses por parte de México se conseguiría con la venta y exportación de electricidad y de agua dulce generada por la central nuclear. Este acuerdo comercial, además de abastecer de agua y energía eléctrica a las ciudades fronterizas, permitiría al país obtener divisas para destinarlas a la ejecución de otras necesarias obras de infraestructura en la región noroeste.

XV.   En función con las expectativas de crecimiento industrial, comercial y agropecuario a lo largo de la línea divisoria, podrían consolidarse y ampliarse los programas de intercambio de electricidad; donde por ejemplo, México proporcionaría al sur de California un volumen importante de este energético y Estados Unidos lo devolvería en otras ciudades y entidades fronterizas para complementar su consumo

XVI.  De ahí que para la lograr la viabilidad y consecución plena de la C.N.E. Isla Coronado Sur, resulte imprescindible conciliar y sumar acciones, esfuerzos y voluntades, tanto de los dos gobiernos federales como de los estatales de California y Baja California Norte. Los convenios y acuerdos que quedarían inscritos dentro de los tratados de Libre Comercio e Internacional de Límites y Aguas, deben señalar con toda precisión la participación, derechos, responsabilidades y obligaciones para cada nación, a fin de que realmente y sin violar normas y preceptos de soberanía y relación internacional, las aportaciones y los beneficios sean compartidos, equitativos y justos.

XVII. Por supuesto, los aspectos de cooperación bilateral e individual y los plazos predeterminados de venta de electricidad -según sean las variaciones y ajustes derivados por la versatilidad del mercado eléctrico fronterizo- y las previsibles necesidades de México para sustentar su crecimiento económico, adquieren un sitio preeminente a partir de que se inician los estudios básicos, durante la construcción, operación y mantenimiento, hasta la conclusión de la vida útil de la central nuclear.

XVIII. Con la intención de contar con sitios bien definidos y planificados en la región noroeste de México, que reúnan grandes ventajas técnicas, económicas y sociales para construir, ampliar o modernizar proyectos alternos de generación de energía eléctrica, a continuación se presenta una síntesis de la Central Nucleoeléctrica Isla Coronado Sur, por localizarse a 25 kilómetros al suroeste de la ciudad de Tijuana y a 20 kilómetros al noroeste del municipio de Rosarito, en el estado de Baja California Norte:

XIX:  Aprovechar esta extensión territorial para desarrollar un importante proyecto nuclear, donde se instalarían cuatro potentes equipos turbogeneradores del orden de mil megawatts, los cuales producirían 7500 millones de kilowatts·hora cada uno. Además se desalarían enormes volúmenes de agua de mar, a fin de complementar el abastecimiento agua dulce a las ciudades de Tijuana, Ensenada, Tecate… en México y parte del corredor San Isidro-San Diego-Los Ángeles en Estados Unidos.

XX.   En el pasado la isla Coronado Sur se empleó como centro de diversión y casino. En la actualidad, el nuevo destino que se le daría  a esta estratégica isla, seria el de contribuir a solucionar la crecientes escasez de electricidad y de agua en los estados de California, Estados Unidos de América y Baja California Norte, México; cooperación que estrecharía aun más, las relaciones e intercambios comerciales y, al mismo tiempo, expandiría la economía binacional mediante el trabajo productivo.

XXI.  De acuerdo con las características fisiográficas de las islas Coronado, resulta muy conveniente y congruente analizar el emplazamiento subterráneo de la central nucleoeléctrica, al asociarse las siguientes facilidades y beneficios:

XXII. Frente a una eventual falla en los reactores, los elementos y gases radioactivos quedarían atrapados en la masa rocosa. Es decir se contaría con un techo máximo de alrededor de 140 metros y no se contaminarían acuíferos, ningún centro de población y tierras agrícolas. Por supuesto, la fauna y la flora marina no sufriría consecuencia alguna, pues la conformación geológica y con un óptimo revestimiento de las instalaciones subterráneas, estarían protegidas de cualquier contingencia.

 XXIII. Mejor seguridad y comportamiento de las instalaciones y equipos de la central nuclear, ante los fenómenos naturales: sismos, ciclones, vientos, tsunamis…

 XXIV. Mayor protección por cuestiones militares y civiles, así como disminuir significativamente la posible contaminación debida al calentamiento y derretimiento de las cápsulas, contenedores y la cimentación de los reactores.

XXV.  Las protestas, inconformidades e incertidumbres sociales, prácticamente se eliminarían por la ubicación aislada e instalación sui generis de la C.N.E. Isla Coronado Sur. Además, todos los aspectos, lineamientos y criterios de construcción, operación y mantenimiento se regirían por los preceptos y alcances de los convenios, acuerdos y compromisos, estipulados y especificados en los tratados binacionales   de Libre Comercio, Internacional de Límites y Aguas…  y, de ser necesario, se adecuarían a las condiciones y circunstancias futuras de colaboración.

XXVI La eventuales crisis energéticas por la que atraviesa el estado de California y sus inevitables repercusiones y afectaciones en el noroeste de México, debe traducirse en una renovada oportunidad de relación y beneficio muto para proponer y desarrollar trascendentes proyectos conjuntos. En esta nueva era de progreso compartido, los sectores privados de ambos países y las compañías eléctricas, dispondrían de factibles, rentables y competitivos proyectos de generación.

XXVII. En el pasado, existió una sugerencia por parte de compañías constructoras del estado de California para la adquisición de la roca-producto de las excavaciones, lo cual permitiría economizar los trabajos, tanto de la central nuclear como en la ejecución de las obras e instalaciones portuarias; propuestas que resulta conveniente actualizar. Otra alternativa -si resulta congruente y realizable-, sería rellenar los bajos circundantes a las islas Coronado con la finalidad de ampliarlas o bien, el Banco Cortes situado al oeste de este archipiélago, con lo cual se crearían plataformas artificiales para destinos turísticos y terminales de combustibles.

XXVIII. Con respecto al impacto medioambiental, la alternativa que representa emplazar una central nuclear subterránea, aunado a establecer estrictas normas y lineamientos de construcción y operación, resultarían mínimas, al quedar casi intocable la isla Coronado Sur. De modo que es fundamental, respetar las condiciones de vida prevalecientes durante las diferentes etapas y procesos del proyecto.

XXIX.  Así, al conciliar y concretar su factibilidad política, económica, técnica, social y ecológica, esta importante obra de infraestructura energética, permitiría cubrir a mediano y largo plazos la demanda de reserva, potencia y electricidad en la región noroeste del país y, simultáneamente, complementaría los requerimientos en el sur del estado de California. Las tarifas, aranceles e impuestos por la exportación-venta de energía eléctrica se establecerían acorde a la participación de las inversiones, que por su magnitud, el mayor porcentaje sería financiado por compañías de Estados Unidos.

XXX.  Significa: México aportaría el sitio y las obras civiles asociadas a la C.N.E. Isla Coronado Sur -instalaciones portuarias y subterráneas, suministro de agua y electricidad, campamentos, oficinas y talleres- y Estados Unidos de América a través del Estado de California los recursos económico-financieros, equipos turbogeneradores y los reactores de la más alta tecnología que demanda este tipo de proyectos. De esa forma se canalizarían inversiones de capital y energéticas en actividades productivas y trabajos constructivos a ambos lados de la frontera, que garanticen resolver a fondo problemas comunes y, al mismo tiempo, ofrezcan renovadas oportunidades de desarrollo.

XXXI.  Esto implicaría, poder ser considerado como un proyecto de infraestructura fuera del presupuesto de la nación, ya que las circunstancias actuales y futuras que comparten, benefician o afectan a los dos países -como aconteció en el pasado con la seria escasez de energía eléctrica, la cual requirió de soluciones oportunas y dispendiosas-, hacen de la C.N.E. Isla Coronado Sur y de otros importantes proyectos energéticos regionales, entre los que sobresalen el Proyecto Mareomotriz Montague, el Recinto Nuclear Isla San Benito Oeste y el Centro Energético Isla Tiburón una alternativa de resolución equitativa y compartida que consolide y acreciente los vínculos de amistad y cooperación binacional.

XXXII. El pago y amortización del capital e intereses por parte de México se conseguiría con la venta y exportación de electricidad y de agua dulce generada por la central nuclear. Este acuerdo comercial, además de abastecer de agua y energía eléctrica a las ciudades fronterizas, permitiría al país obtener divisas para destinarlas a la ejecución de otras necesarias obras de infraestructura en la región noroeste.

XXXIII. En función con las expectativas de crecimiento industrial, comercial y agropecuario a lo largo de la línea divisoria, podrían consolidarse y ampliarse los programas de intercambio de electricidad; donde por ejemplo, México proporcionaría al sur de California un volumen importante de este energético y Estados Unidos lo devolvería en otras ciudades y entidades fronterizas para complementar su consumo

XXXIV. De ahí que para la lograr la viabilidad y consecución plena de la C.N.E. Isla Coronado Sur, resulte imprescindible conciliar y sumar acciones, esfuerzos y voluntades, tanto de los dos gobiernos federales como de los estatales de California y Baja California Norte. Los convenios y acuerdos que quedarían inscritos dentro de los tratados de Libre Comercio e Internacional de Límites y Aguas, deben señalar con toda precisión la participación, derechos, responsabilidades y obligaciones para cada nación, a fin de que realmente y sin violar normas y preceptos de soberanía y relación internacional, las aportaciones y los beneficios sean compartidos, equitativos y justos.

XXXV.  Por supuesto, los aspectos de cooperación bilateral e individual y los plazos predeterminados de venta de electricidad -según sean las variaciones y ajustes derivados por la versatilidad del mercado eléctrico fronterizo- y las previsibles necesidades de México para sustentar su crecimiento económico, adquieren un sitio preeminente a partir de que se inician los estudios básicos, durante la construcción, operación y mantenimiento, hasta la conclusión de la vida útil de la central nuclear.

XXXVI. Aquí es indispensable reflexionar, que también la isla Coronado Sur pude destinarse para instalar un gran proyecto termoeléctrico, donde funcionarían cuatro o seis potentes equipos turbogeneradores de 750 megawatts cada uno. Este cambio de aprovechamiento, es en el supuesto caso o imprevisto de que por serias implicaciones de carácter político-ambiental se complicará utilizar tan recomendable extensión nacional para desarrollar una moderno y bien planificado proyecto nuclear.

XXXVII. También esta posibilidad, sería cuando la central nuclear finalice su vida útil y no se contemple su actualización y/p transformación con reactores de reprocesamiento de combustible. Esto requeriría que sus instalaciones subterráneas -túnel de acceso, caverna, sala de control y canal de descarga- queden definitivamente clausuradas.

XXXVIII. Ya sea que se destine desde el principio este atractivo lugar para construir una central convencional de vapor o bien que a posteriori se reutilice en instalar un moderno proyecto termoeléctrico, ambas posibilidades estarían supeditadas a contar con abundantes hidrocarburos de buena calidad -combustóleo y gas natural-. Además, es esencial que los combustibles sean de origen nacional, con el propósito de evitar dependencia energética y que sus múltiples implicaciones comprometan la operación e incluso se suspenda por el alto y especulativo costo de los energéticos.

Entre las importantes ventajas técnicas, de localización y fisiográficas que caracterizan y recomiendan a la isla Coronado Sur se mencionan:

XXXIX. Por su configuración, aunado a una correcta ubicación de los canales de acceso y descarga se evitará el fenómeno de recirculación del agua de enfriamiento y la consecuente pérdida de eficiencia en los equipos turbogeneradores.

Como referencia, la central termoeléctrica Rosarito desde que inició su operación, afronta inherentes problemas de eficiencia, debidos a la recirculación del agua de enfriamiento y al arrastre litoral que constantemente azolva el canal de acceso; a tal grado, que permanece en todo tiempo una draga marina para extraer la inacabable arena depositada en esa estructura. Dicha situación, además de aumentar notablemente los costos de operación y mantenimiento, no se tomó en cuenta o fue determinante para evaluar su reequipamiento y modernización que en el pasado se realizó.

XL.   El relieve y profundidad del fondo marino alrededor de la isla Coronado Sur, permitiría el arribo de embarcaciones de gran calado a la terminal portuaria que exprofeso se construiría para el transporte de personal, equipos y materiales, así como para eliminar actividades y trabajos dispendiosos asociados al arrastre litoral.

XLI.   La interconexión de la central nucleoeléctrica se efectuaría mediante líneas de alta tensión submarinas de aproximadamente 14 kilómetros a la futura subestación de enlace Punta Banderas; y de este sitio, partirían los diversos sistemas de transmisión a las principales ciudades de Baja California Norte y California:

Ciudad

Distancia, kilómetros (Millas)

Tijuana, B.C.N.

10 (6.20)

Ensenada, B.C.N.

80 (50)

Mexicali, B.C.N.

155  (96.50) *

San Diego, California

25 (15.50)

Los Ángeles, California

400 (249)

 * Podría interconectarse con las ciudades del sur del estado de Arizona -Yuma, Tucson, Phoenix-, con el proyecto geotermoeléctrico de Cerro Prieto y San Luis Río Colorado para facilitar la futura conexión con la Red Eléctrica Nacional.

XLII.  La isla Coronado Sur cuenta con alrededor de 200 hectáreas, superficie suficiente para ubicar los campamentos, oficinas y talleres. Por su cercanía a tierra firme, también la infraestructura de apoyo podría instalarse en Punta Banderas. Durante la construcción, el agua dulce se suministraría, ya sea por medio de un acueducto submarino de 14 kilómetros o instalando una planta para desalar agua marina, la cual una vez puesta en servicio la central nuclear se ampliaría a su máxima capacidad, a fin de emplear los excedentes de energía calorífica de los reactores e invertir el flujo de agua dulce; es decir hacia la costa para abastecer a Tijuana, Rosarito, Ensenada, San Diego, Tecate…

XLIII.  La excedente producción de energía eléctrica a las horas de mínima demanda -de 11 p.m. a 7 a.m. y los fines de semana- se utilizaría para elevar el agua al estanque superior de la propuesta central de rebombeo Cucapa, B.C.N. (500 Megawatts), que se localizaría a 25 kilómetros al suroeste de Mexicali; la cual, además de participar a cubrir las necesidades de potencia y energía de picos a ambos lados de la frontera, facilitaría desplazar e incluso cancelar centrales de vapor -turbogas y ciclo combinado- que consumen energéticos de importación de muy alto valor económico-energético.

XLV.  Así, la isla Coronado Sur con características fisiográficas idóneas -en su parte central tiene una altitud de 200 metros sobre el nivel del mar-, lo cual favorece emplazar un proyecto nuclear subterráneo: Potencia 4000 megawatts y Generación 31500 Gigawatts·hora por año. De instalarse cuatro unidades de 1250 megawatts (Potencia: 5000 Megawatts), que sería lo recomendable para utilizar correctamente sus ventajas técnicas- la producción sería de 38000 Gigawatts·hora al año con factor de planta de 21 horas.

XLVI.  Con geología aceptable -rocas sedimentarias con intrusiones volcánicas, sismisidad moderada por su separación de la península de Baja California y condiciones oceanográficas favorables, lo cual eliminarían problemas de arrastre litoral y recirculación de agua de enfriamiento, la convierten en un atractivo lugar para desarrollar un trascendente y competitivo proyecto nucleoeléctrico de gran magnitud, con índices energéticos y económicos cercanos al máximo.

XLVII. El problema que representan los desechos radioactivos de alto nivel, de no emplearse y almacenarse in situ para su reprocesamiento en reactores de cría-fisión, se resolvería trasladándolos al futuro recinto nuclear Isla San Benito Oeste, B C N  por ubicarse a 485 kilómetros al sur-sureste de las islas Coronado.

Con base en lo anterior resulta congruente, oportuno y necesario, reflexionar -sin ánimos y posiciones encontradas y argumentos contradictorios- en la factibilidad política, económica y social de la C.N.E. Isla Coronado Sur y ponderar su contribución fundamental y estratégica en solucionar a fondo y a largo plazo, el creciente problema de escasez de agua y energía eléctrica en tan dinámica región fronteriza; proyecto de infraestructura que sin duda fortalecería la colaboración binacional. Y consolidaría los planes, los programas y las acciones para hacer asequible la futura Unión y Nación de Norteamérica: Canadá, EE.UU. y México.

En conclusión, la oportunidad de aprovechar y convertir este estratégico archipiélago deshabitado de jurisdicción nacional en un insigne centro energético, además de reafirmar y ampliar los horizontes de progreso en la región noroeste, representaría la nueva era relación y de participación entre México y Estados Unidos de América.

Valle de México. Enero de MMI.

www.blog.friasgroup.com.


Programa Nucleoeléctrico. 

Isla San Benito Oeste, B.C.N. 

Almacenamiento y Control de Desechos Radioactivos.

El sector eléctrico constituye un elemento básico en el proceso de transformación masiva de energéticos primarios, haciéndolos más accesibles para su utilización. Esto adquiere una posición especial en el caso del aprovechamiento con fines pacíficos de la energía nuclear. Por consiguiente, ante la limitación progresiva en la disponibilidad de los combustibles fósiles con su creciente y perjudicial especulación bursátil-comercial, aunado a las contradicciones y obstáculos para construir nuevos, rentables y productivos proyectos hidroeléctricos, a fin de satisfacer oportunamente la demanda de energía eléctrica, es cada día más necesario contar con otros medios alternativos para la generación segura y económica de electricidad, entre los que destaca la tecnología nuclear.

Por lo mismo, su importancia futura obliga a condicionar su desarrollo a la elaboración de un plan integral bien definido de largo alcance, que entre otros solucione el problema actual de la dependencia del país en el orden científico-tecnológico y se alcance una solución integral en lo relacionado con el almacenamiento y control seguro de los desechos radioactivos de alto nivel. Además se requiere definir de manera concreta y correcta los programas de desmantelamiento de las instalaciones nucleares  -en especial los reactores y equipos asociados- una vez concluida la vida útil.

La Central Nucleoeléctrica Laguna Verde, ubicada en el estado de Veracruz, a 300 kilómetros al oriente de la Ciudad de México, con una capacidad instalada de 1 308 Megawatts -dos unidades de 654 Megawatts-, la cual genera alrededor de 8 000 millones de kilowatts·hora por año (ahorro equivalente a 13.5 millones de barriles de combustóleo) con factor de planta promedio de 17 horas diarias, continua cuestionada su seguridad y factibilidad por diversos asociaciones técnicas y fundaciones sociales.

Con base en la información oficial, el proyecto cumple con los criterios, preceptos y especificaciones, sugeridas, recomendadas e impuestas por las autoridades nacionales e internacionales -Comisión de Seguridad Nuclear y Salvaguardias y Comisión Internacional de Energía Atómica-. Esto significa que según lo emitido por ambos organismos reguladores del uso pacífico de la energía atómica, así como por empresas extranjeras de auditoria, la licencia de funcionamiento esta plenamente sustentada.

Entre las objeciones principales, sobresalen lo relacionado con el manejo seguro y eficiente de los desechos radiactivos de alto nivel y el desmantelamiento económico de las instalaciones del proyecto, una vez que concluya su vida útil (aproximadamente en 25 años) Es decir, estas actividades inherentes e ineludibles representan un enorme costo político, económico y energético, pues en la actualidad la C.N.E. Laguna Verde se encuentra a la mitad de su operación comercial. Es importante señalar, que las inversiones totales (energéticas y económicas), desde los estudios básicos, construcción, operación, mantenimiento hasta el desmantelamiento y cierre definitivo de sus instalaciones, es fundamental que resulten favorables y convenientes al país, en comparación con la producción de energía eléctrica obtenida a partir de su funcionamiento comercial.

Por supuesto, es importante adicionar los beneficios correspondientes por lograr con el proyecto nucleoeléctrico, como pueden ser:

a).   Asociar una central de acumulación de energía, con la intención de complementar su participación en el sistema interconectado nacional, con lo cual también suministraría potencia y energía a las horas de máxima demanda; o bien, destinar la producción excedente dentro de los periodos de mínimo consumo a sistemas de bombeo de agua de gran magnitud.

b).   Mínima contaminación ambiental, si se cumple e implementa un programa preventivo eficiente y subsecuente hasta su clausura definitiva y no suceden filtraciones y/o fugas de elementos y gases radioactivos durante su operación normal y durante los paros programados de mantenimiento y recarga de combustible.

c).   Importante ahorro de combustibles fósiles -337.5 millones de barriles de combustóleo, suponiendo una vida útil de 25 años-  y su contribución a disminuir la emisión de calor residual, gases y partículas contaminantes, asociadas al consumo de este volumen de hidrocarburos.

d).   Crear, de cumplirse con los alcances y objetivos previstos desde los estudios hasta su puesta en servicio, las condiciones esenciales para impulsar un renovado programa de energía nuclear en el país, que permita afrontar en circunstancias favorables el agotamiento de los combustibles fósiles -petróleo, gas natural, carbón mineral… – con la inevitable crisis energética interna y externa, así como impulsar el uso de energías limpias.

Estas aportaciones deben evaluarse de manera imparcial y correcta, a fin de definir las acciones, los planes y los programas para la instalación de futuras centrales de energía nuclear en México.

En función con las lecciones, errores, experiencias, avances y el desarrollo de la tecnología atómica, donde resolver en forma adecuada, económica y definitiva los problemas relacionados a la seguridad y disponibilidad final de los desechos radioactivos de alta peligrosidad -los cuales para fines prácticos tienen una vida ilimitada-, representa sin duda el argumento e impedimento principal para reconsiderar la participación de la energía nuclear, no únicamente en el país sino también en el ámbito mundial.

Por lo que el control, reprocesamiento, almacenamiento y destino terminal de los residuos radioactivos producidos durante la transformación del uranio enriquecido en energía calorífica (que si bien en algunos casos específicos se reutilizan en reactores de cría-fisión y esto contribuye a solucionar este delicado problema), debe efectuarse en forma estricta y sistemática, con el propósito de estatuir índices de seguridad y confiabilidad sumamente satisfactorios y permanentes, lo que permitiría disminuir reclamos, inconformidades e inestabilidades de carácter político, social y moral. Significa que al garantizarse un manejo correcto y resguardo definitivo, nuevamente se fortalecería la aceptación y tranquilidad en los sectores oficial, productivo y social.

De acuerdo a lo anterior, existe una zona insular que facilitaría resolver en forma definitiva, económica, segura y a largo plazo el resguardo de las barras de uranio enriquecido utilizadas por la C.N.E. Laguna Verde y de futuros proyectos nucleares -Isla Coronado Sur… -, si se decide la reanudación a gran escala de esta fuente alterna de energía para cubrir los requerimientos de potencia y electricidad en el noroeste de México y suroeste de EE.UU.:

I.    La isla propuesta para construir un cementerio nuclear se localiza en el océano Pacífico, a 32 kilómetros al noroeste del cabo San Agustín de la isla de Cedros y 150 kilómetros al oeste-noroeste de Guerrero Negro, Baja California Sur, en un pequeño archipiélago denominado Islas San Benito.

Coordenadas Geográficas

Referencia

Latitud Norte

28 grados 18.50 minutos

Longitud Oeste

115 grados 35.50 minutos

Altitud Máxima

200 metros sobre el nivel del mar

Área Aproximada

5.30 kilómetros cuadrados

II.   Las instalaciones del resguardo nuclear -que sería exclusivamente para uso nacional-, serían subterráneas y revestidas de concreto hidráulico de óptima calidad, así como un blindaje metálico debajo de la cubierta superior de la caverna.

III.  Para el manejo y colocación de los contenedores de los desechos radioactivos se emplearía un elevador-montacargas que facilitaría el acceso a los cinco niveles sugeridos para su almacenamiento. Es decir se contaría con 25 recintos de 500 metros cúbicos cada uno para controlar y almacenar los contenedores con los residuos nucleares de alto nivel de la actual central en operación y de futuros proyectos nucleares. Si se necesita una mayor capacidad se ampliaría la caverna.

IV.   Con la finalidad de ocasionar un mínimo impacto ambiental-ecológico, es imprescindible respetar durante los trabajos de construcción la flora y fauna insular. De acuerdo con la información básica disponible, la isla San Benito Oeste es poco utilizada por la fauna marina como refugio o hábitat, ya que su relieve abrupto, desértico y rocoso lo dificulta y sólo en sus riberas se practica la pesca deportiva.

V.    Con la alternativa de solución propuesta, las protestas y rechazos sociales, que provoca un recinto nuclear en tierra firme, ya sean en las propias instalaciones del proyecto -como hoy sucede en la C.N.E. Laguna Verde-, aunado a los excesivos costos políticos y económicos que representa su posterior desmantelamiento; o bien si se disponen con minas de sal o cavernas construidas ex profeso a grandes profundidades se reducirían considerablemente. También un cementerio nuclear aislado y seguro, el cual cumpla cabalmente con los estrictos criterios y especificaciones de planeación y programación, permitiría en restablecer la credibilidad y la confianza para reiniciar el aprovechamiento pacífico de la energía nuclear en México.

 VI.   Así, al utilizarse con objetividad y responsabilidad esta pequeña extensión insular se torna factible solucionar -en compatibilidad con los intereses y objetivos nacionales-, las controversias que perjudican y desplazan el programa nuclear, derivadas por los atrasos, dispendios y cuestionamientos que desde el inicio de los estudios básicos marcaron el destino de la C.N.E. Laguna Verde.

VII.  Por lo que los análisis y el planteamiento para aprovechar la isla San Benito Oeste como cementerio nuclear, deben sustentarse en criterios y propuestas lógicas para hacer viable su emplazamiento y dar una solución plena al sensible problema de los residuos radioactivos de alta peligrosidad. Asimismo, al tener como propósito central conseguir una respuesta y resolución definitiva, el país podría incluir otra vez a esta fuente alterna para cubrir la creciente demanda de reserva, potencia y energía para afrontar en mejores condiciones la previsible escasez mundial de energéticos, en particular los combustibles fósiles.

VIII. Esto requiere difundir y presentar información precisa y veraz ante la opinión pública, con alternativas y soluciones comparativas que conduzcan a seleccionar el mejor lugar para controlar y almacenar los desechos nucleares. Es fundamental que se destaquen las diferencias y las ventajas implícitas, por instalar un cementerio en tierra firme con sus múltiples riesgos y problemas en comparación con un emplazamiento aislado, subterráneo y protegido con un techo máximo de roca de 160 metros.

IX.   De tal manera que frente a la eventual fuga de sustancias y gases radioactivos, los cuales pudieran contaminar u ocasionar daños irreversibles a centros de población e industriales, tierras de cultivo, acuíferos…, en caso de que el recinto se construyera en territorio continental, es recomendable insistir que siempre existirá este riesgo. Para el caso del recinto aislado, además de que se reducirían al mínimo y controlarían mejor las posibles fugas y filtraciones radioactivas, las excavaciones y perforaciones tienen que realizarse con métodos,  procedimientos y tecnología de vanguardia, con el propósito de no dañar el macizo rocoso y revestir con concreto de óptima calidad el túnel y la caverna-cementerio nuclear.

X.    Por las exigencias de estrategia y seguridad nacional, aunado a evitar cualquier incidente, accidente y sabotaje, es necesaria la colaboración de la Armada de México en el resguardo permanente del archipiélago San Benito. En la actualidad, existe personal naval para la operación de los dos faros instalados en la isla mayor. Esta situación permitiría encargar a los marinos militares la vigilancia desde el inicio de los trabajos.

XI.   Ahora bien, el traslado de los contenedores con los desechos radioactivos de la C.N.E. Laguna Verde, Veracruz, sería con base en los siguientes itinerarios alternos:

XII.  Ruta combinada (terrestre y marítima) De las instalaciones de la central nuclear se transportarían por las carreteras federales 180, 150 y 145 a través del estado de Veracruz. El convoy pasaría por las inmediaciones de las poblaciones Cardel, Paso del Toro, La Tinaja, Ciudad Alemán y tendría un recorrido de 223 kilómetros. En el estado de Oaxaca, seguiría por las carreteras estatales que conduce a Palomares y federales 185 y 190, correspondientes al istmo de Tehuantepec para arribar a Salina Cruz. El recorrido terrestre total sería de 555 kilómetros. De construirse el tren eléctrico transístmico de alta velocidad y diez vías entre los puertos de Salina Cruz, Oaxaca y Coatzacoalcos, Veracruz tendría preferencia para trasladar los contenedores del Golfo de México al océano Pacífico.

 XIII. En el puerto de Salina Cruz, Oaxaca, los contenedores se transportarían en un barco de la Armada hasta su destino final -la isla San Benito Oeste, B.C.N.- navegando por el océano Pacífico 2800 kilómetros. La distancia total con este itinerario combinado, sería de 3355 kilómetros.

 XIV.  Ruta marítima, terrestre y marítima. Con esta solución alterna de traslado, los contenedores con los residuos radioactivos de la C.N.E. Laguna Verde se realizaría remolcando unos chalanes 280 kilómetros hasta el puerto de Coatzacoalcos. Después se transportarían por la carretera del istmo de Tehuantepec 311 kilómetros al puerto de Salina Cruz; o aun mejor, por el propuesto ferrocarril eléctrico transístmico de alta velocidad de 255 kilómetros al puerto de Salina Cruz, en donde se embarcarían los contendores para transportarlos a la isla San Benito Oeste. El recorrido total con esta ruta, sería de 3335 kilómetros.

XV.   De acuerdo con la información técnica proporcionada por instituciones académicas, la isla San Benito Oeste reúne condiciones geológicas favorables, conformada íntegramente por rocas de tipo sedimentario -areniscas y lutitas- correspondientes a la era mesozoica del periodo jurásico superior. También, la isla queda fuera de cualquier actividad sismo-tectónica regional, ya que las manifestaciones volcánicas y los sistemas de  falla que forman la trinchera del Pacífico, penetran a tierra firme en el estado de California, EE.UU. y retornan al mar por el trazo general de las carreteras estatal 40 de Sonora y federal 5 del estado de Baja California Norte. Continúan por el Mar de Cortes hasta el paralelo norte 23 grados para después tomar un rumbo al oeste  (sur de Cabo San Lucas) y tener un desarrollo casi paralelo, a partir de las costas del estado de Jalisco hasta el extremo sur del continente Americano (Tierra del Fuego).

XVI.  La topografía de la isla es adecuada para construir el cementerio nuclear. La caverna quedaría justo debajo de la elevación máxima -200 metros sobre el nivel del mar- condición que permitiría lograr altos índices de protección contra cualquier fenómeno y eventualidad natural. Las obras civiles e instalaciones marítimas, estarían en una pequeña bahía en la parte sur de la isla, lo que facilitaría un desembarco seguro del personal y los equipos requeridos durante los estudios y etapas de construcción; y posteriormente, en la descarga de los contenedores.

 XVII.  La energía eléctrica demandada por los equipos de construcción y una vez puestos en operación el recinto nuclear se suministraría con unidades móviles diesel. Para las oficinas y campamentos definitivos podrían emplearse energías limpias: eólica, solar… y, cuando se requiera, complementada con una central de combustión interna.

 XVIII. De manera general, la impermeabilidad de esta isla montañosa es buena. Con un correcto control de las excavaciones, de las perforaciones y un cuidadoso revestimiento con concreto hidráulico en el túnel y la caverna se lograría un muro anti-infiltración excelente complementado con una red de barrenos de drenaje. También, si se juzga conveniente  se utilizarían otros materiales y minerales como la sal marina, que se intercalaría entre cada uno de los contenedores, así como resinas epóxicas o bien geo-textiles para asegurar todavía más, el revestimiento impermeable de las instalaciones subterráneas.

 Las dimensiones aproximadas del recinto nuclear Isla San Benito Oeste serían:

Obra Subterránea

Dimensiones

Túnel de Acceso

(sección portal)

Diámetro: 6 m. Longitud: 700 m. Contrapendiente: 3%

Caverna

(dimensiones interiores)

Largo: 35 m. Ancho: 15 m. Alto: 38.50 m

Revestimiento de concreto

1 metro de espesor.

Blindaje. Área 650 m2

Dos pulgadas de espesor de placa de acero.

Espacio para Contenedores

Largo: 10 m. Ancho 10 m

Montacargas

Elevador y Escaleras de emergencia.

Desde luego, la capacidad de almacenamiento del cementerio de desechos radioactivos, debe adaptarse a las necesidades actuales y futuras del programa nucleoeléctrico de México -si se decide su reanudación-, a fin de construirlo con la suficiente capacidad de almacenamiento y evitar así dispendiosas ampliaciones.

También se contempló la posibilidad de ubicar el recinto nuclear en las islas Cedros y Guadalupe, con superficies del orden de 400 y 300 kilómetros cuadrados, las cuales presentan un mayor techo rocoso -más de 1200 metros- y una formación rocosa ígnea y metamórfica. Su utilización se dificulta, ya que según la información actual se consideran reservas biológicas y ecológicas. Incluso, en la isla Cedros existen dos importantes asentamientos humanos -el puerto de Cedros, que se caracteriza por su dinámica actividad exportadora de sal marina y Punta Morro Redondo-, aunado a que se ubican en la provincia mineral de esquistos auríferos, misma que está representada por la mineralización hidrotermal de oro de la mina Columbia, actualmente sin explotar.

En el supuesto caso de que en la isla San Benito Oeste se presenten dificultades técnicas imprevisibles e insalvables, y al tener en cuenta las facilidades y ventajas que distinguen a la isla Guadalupe (latitud norte 29 grados, longitud oeste 118.3 grados y altitud máxima 1400 metros sobre el nivel del mar) se analizaría la conveniencia y la viabilidad de aprovechar una porción de este territorio insular -de preferencia en su parte sur- para ubicar el cementerio nuclear. Esto exigiría alteraciones mínimas de su fauna y flora, aunado a no interferir con el aprovechamiento futuro de los recursos minerales.

Dirigir y realizar, con base en un programa bien definido de estudios y proyectos, la factibilidad técnica, económica y social del cementerio nuclear Isla San Benito Oeste, evitando sofismas, prejuicios, parcialidades y descalificaciones a priori, permitiría definir y disponer a la brevedad de tan indispensable instalación.

En consecuencia, al aprovechar en forma racional, visionaria y responsable esta extensión insular de México situada en el océano Pacífico -70 kilómetros al noroeste de Punta Eugenia-, debe adquirir un significado y función primordial, a fin de dar una solución a fondo y definitiva, al delicado y sensible problema que representa la disposición final de los residuos radioactivos de alto nivel.

 

Valle de México. Enero de MMI.

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PUERTO MARÍTIMO IKAL-M, B.C.N.

Dentro de las acciones, los planes y los programas para fortalecer los objetivos y concretar los acuerdos tendientes a la creación de la Nueva Nación de Norteamérica (N.N.N.A.) que se conformaría con Canadá, EE.UU. y México, resulta muy conveniente y oportuno conceptuar, planificar, diseñar, construir, operar y compartir importantes, funcionales y competitivas obras de infraestructura, las cuales aporten diversos beneficios a las tres naciones y sean las bases de la congruente unificación trilateral.

Entre los proyectos por desarrollar conjuntamente sobresalen las regiones suroeste de EE.UU. (estados de Arizona y California) y noroeste de México (estados de Sonora y Baja California Norte), donde las principales obras de infraestructura básica son: a) Proyecto Mareomotriz Montague, por construirse en la desembocadura del Río Colorado al Golfo de California; b) Puerto Marítimo Ikal-M por ubicarse en la bahía Colonet a fin de ser alterno y/o complementario a los Puertos Los Ángeles-Long Beach; c) Central Nucleoeléctrica Subterránea Isla Coronado Sur, situada a 13 km de las costas de Tijuana-Rosarito; d) Recinto Nuclear Isla San Benito Oeste, localizado al oeste-noroeste de Guerrero Negro; e) Central de Rebombeo Cucapa, situada al suroeste de Mexicali, así como los diversos proyectos del Plan Hidráulico del Noroeste (http://blog.friasgroup.com/plan-hidraulico-del-noroeste-siglo-xxi/), fundamental concepto de progreso interestatal en noroeste de México, el cual quedaría intercomunicado con el S.H.E.N.A. (http://blog.friasgroup.com/2017/04/14/sistema-hidroenergetico-norteamericano-shena/).

Con la intención de consolidar la consecución de la N.N.N.A. las obras públicas por realizar en la frontera México-EE.UU. deben adquirir un horizonte especial de colaboración binacional. Al mismo tiempo, que los convenios de cooperación se traduzcan en pleno desarrollo para ambos países. De considerarse así, a partir de 1986, Os sugerí y recomendé los anteriores proyectos de infraestructura a los gobiernos federales, estatales y municipales, así como a empresas públicas y privadas de EE.UU. y México. Para lograr los mejores consensos también se expusieron a organizaciones políticas, instituciones educativas, centros de investigación y sociedades agrícolas.

De modo que, tanto las obras de infraestructura propuestas en los extremos suroeste de EE.UU. como en el noroeste de México fueron catalogadas de muy convenientes y necesarias para ampliar y fortalecer los vínculos de amistad, cooperación e incrementar los intercambios comerciales e inversiones financieras-económicas. No obstante, los grupos radicales que se dedican a obstruir el progreso internacional detuvieron -con la complacencia oficial, en particular de México- que avanzarán los estudios técnico-económicos para promover la construcción de estas obras públicas. Transcurridos más de treinta años, los recursos naturales de la Península de Baja California y del Delta del Río Colorado continúan sin aprovecharse… Al desperdiciarse las riquezas regionales, México se rezaga y sus carencias aumentan. Ahora complicadas por la creciente población e incontenible migración.

Ante esta perspectiva, es imprescindible reflexionar en el destino de México y reimpulsar la consecución del Complejo de Desarrollo del Pacífico Noroeste, el cual forma parte del Proyecto de País México Tercer Milenio.

De los proyectos básicos por ejecutarse desde el decenio de los ochenta del siglo XX, tiene un lugar preferencial el moderno, vanguardista y futurista Puerto Ikal-M, por localizarse en el litoral occidental de la Península Baja California -dentro de la bahía Colonet-, a 105 km (65 millas) y 212 km (132 millas) al sureste de Ensenada, B.C.N. y San Diego, Cal., terminal marítima alterna y/o complementario a los Puertos Los Ángeles-Long Beach. Este congruente objetivo contribuirá a descongestionar a tan dinámicos puertos del océano Pacífico:

Puerto de Altura Ikal-M, Baja California Norte:

I.    Ubicado en la interesante y conveniente bahía Colonet, reúne las condiciones técnicas y características oceanográficas requeridas para instalar una moderna y versátil terminal marítima de gran capacidad de movimiento portuario. Por sus ventajas fisiográficas, además de ocasionar mínimas alteraciones medioambientales y sin afectaciones e indemnizaciones, facilitará el arribo de navíos de gran calado; hecho que agilizaría las descargas, almacenamientos, recargas y traslado de contenedores a los centros urbanos e industriales del noroeste de México, suroeste de EE.UU. y de los países de la cuenca del océano Pacífico:

  • Altitud: Nivel del mar. Coordenadas geográficas: Latitud Norte: 30° 58.095′ y Longitud Oeste: 116° 16.393′.

  • Localización respecto a los Puertos Los Ángeles-Long Beach, California: 360 km (224 millas) al sureste.

  • Infraestructura Portuaria y Vías de Comunicación para intercomunicar la Alta California y la Baja California: Muelles, Canales, Navegación de Cabotaje, Dársenas, Almacenes, Autopistas y Trenes electrificados.

  • Ventajas oceanográficas. Idóneas para el arribo de barcos de más de ochenta mil toneladas.

  • Instalaciones y Equipos: De preferencia todo sería automatizado para optimizar las actividades portuarias.

  • Funcionamiento: De acuerdo a convenios binacionales bien definidos los trabajos serán proporcionales.

  • Inversiones: EE.UU. sería el mayor inversionista por los importantes y diversos beneficios que obtendría.

II.   Implica, sus favorables cualidades oceanográficas permitirán construir una gran terminal naval en las costas del océano Pacífico, convirtiéndose en un puerto de alta plusvalía y en una excelente alternativa para aligerar el intenso tráfico marítimo en los Puertos de Los Ángeles, Long Beach y San Diego. A la vez, dar un decidido y valioso apoyo al progreso a las entidades del noroeste de México. Este objetivo eliminará múltiples afectaciones y dispendiosas detenciones comerciales y económicas en el suroeste de EE.UU., en particular en el estado de California, que pos su dinámico desarrollo se considera la sexta economía del planeta.

III.  Significa, el Puerto Ikal-M al localizarse a 360 km (224 millas) al sureste de las principales terminales marítimas comerciales de EE.UU. alejará previsibles limitaciones en las funciones administrativas y actividades de exportación e importación de productos manufacturados, electrónicos, agrícolas y mercancías en general, lo cual activará aún más los intercambios comerciales y la gestión de negocios con las naciones de los continentes de Asia, Oceanía y América, hecho que favorecerá la generación de empleos del lado mexicano.

IV.   Como referencia los Puertos de Los Ángeles-Long-Beach en la actualidad tienen un movimiento portuario con más de catorce millones de contenedores al año y los barcos con destino a estos activos puertos del océano Pacífico fondean hasta doce días en sus cercanías para descargar o cargar los productos y mercancías de exportación e importación, incrementándose notablemente los costos y los tiempos de espera portuarios.

V.    Con la intención de ofrecer un óptimo servicio y conseguir índices técnico-económicos cercano a lo máximo en el lado mexicano, es indispensable construir modernas y suficientes vías terrestres (autopistas de seis carriles, hidrovías intracosteras y ferrocarriles de carga y de pasajeros de alta velocidad), así como una amplia, fluida y ágil navegación de cabotaje, a fin de transportar y distribuir con seguridad y rapidez los productos y mercancías entre los Puertos Ikal-M y Los Ángeles-Long-Beach. Así se evitarán pérdidas de tiempo, sobrecostos y prolongadas detenciones en las funciones y actividades marítimas.

VI.   De aceptarse este horizonte de intercomunicación terrestre y naval, las cuantiosas inversiones de capital y energéticas requeridas para construir las versátiles y modernas vías de comunicación, deben ser cubiertas -en su mayoría- por los sectores oficial, financiero, empresarial y comercial del estado de California, ante los múltiples beneficios y las prerrogativas que obtendrán por los servicios integrales y competitivos del nuevo Puerto Ikal-M, terminal marítima que intensificará y expandirá las actividades económicas del suroeste de EE.UU… Por consiguiente esta magnánima terminal naval aumentará la riqueza y el patrimonio de México.

VII.  Es imprescindible precisar que los acuerdos y tratados binacionales de cooperación y coordinación vigentes, tienen que cumplir con los lineamientos, criterios, normas y aranceles del actual convenio comercial T-MEC. Asimismo, deben de respetarse los preceptos constitucionales en ambos países para asegurar una correcta y acordada implementación de cuotas y aranceles por el uso y los servicios de la infraestructura portuaria. De igual manera, acatar los principios soberanos de independencia y de libertad de cada país. Esta directriz política evitará impedimentos similares al pasado, cuando por intereses particulares y de grupos opuestos al desarrollo, la construcción de trascendentes obras públicas de alcance binacional quedaron en impasse…

VIII. La intención central es evitar y/o repetir errores o contradicciones pasadas que impidieron ejecutar grandes proyectos. Por ejemplo esta situación retornó en fecha reciente por el Gobierno Federal al suspender las obras en la industria cervecera y en la anulación de parques eólicos para generar energía eléctrica limpia y renovable… El Titular del Poder Ejecutivo por su restringida visón y anacrónica política, clausuró importantes inversiones del sector privado en la zona fronteriza noroeste. Acción absurda que perjudica los planes y los programas de colaboración y coordinación binacional… El progreso nacional no debe supeditarse a ocurrencias, actitudes personales y de grupos de poder. Los intereses de México siempre deben prevalecer.

IX.   Resulta indispensable enfatizar que la Terminal Marítima Ikal-M, junto con las demás obras de infraestructura básica e hidroenergéticas integrantes del Complejo de Desarrollo del Pacífico Noroeste, al crear las condiciones propicias tanto técnicas y económicas como de inversión y colaboración, fortalecerá los cimientos y ensanchará los propósitos para hacer asequible la N.N.N.A. Con renovadas actitudes y alianzas de progreso, así como planteamientos correctos y decisiones de beneficio mutuo, este puerto se convertirá en el destino preferencial de intercambio y relación comercial México-EE.UU. Asimismo al aprovecharse convenientemente la bahía Colonet, el Puerto de Altura Ikal-M activará y mejorará el transporte naval en la cuenca del Pacífico.

Sin duda por los antecedentes y los acontecimientos históricos que caracterizan la relación bilateral, la ejecución conjunta de obras públicas de grandes dimensiones y equitativas aportaciones representa un sui generis desafío.

Al reflexionar que todo evoluciona y se transforma, hoy la renovada colaboración de México -como la nación insigne de HidroTerra- y EE.UU. -como la nación más poderosa del planeta-, cuentan con la oportunidad para sumar acciones, planes y programas de amplia visión y largo alcance para fortalecer su vecindad y amistad. Con mueva mentalidad, se restablecerá un trascendente y compartido desarrollo binacional, lo cual generará a ambos lados de la frontera infinidad de empleos útiles-constructivos y se diversificarán las actividades productivas.

Conforme a tan alentador horizonte político, económico, social, de participación y relación bilateral, el nuevo, moderno y vanguardista Puerto Ikal-M, conceptuado, planificado y proyectado con amplias obras, instalaciones y equipos portuarios, más que un relevante, adelantado y futurista destino marítimo, personifica la aspiración de dos países unidos geográficamente pero con los mismos anhelos para crear -junto con Canadá- la Nueva Nación de Norteamérica del Tercer Milenio.

Valle de México. Febrero de MCMLXXXVI.

Actualizado a Febrero de MMXXII.

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