Cavitación Circular e Implosión Concéntrica. Hidrometeorología
Hidrometeorología. Las masas atmosféricas, integradas básicamente por aire y vapor de agua, ofrecen la oportunidad de ampliar los conceptos prevalecientes de la meteorología, como consecuencia de reorientar los actuales criterios, las normas y los lineamientos climáticos. Al aprovecharse este proceso en conjunción con las ventajas de la energía fría-obscura (Crio-Energía. C.E.), así como las funciones físicas y naturales de la Cavitación Circular e Implosión Concéntrica (C.C. e I.C.) los objetivos y las metas por conseguir serán sumamente alentadores, lo cual se traducirá en una auténtica era de disponibilidad de agua dulce-fresca, proveniente de lluvias, nevadas y granizo mejor distribuidas, de intensidad idónea y bien definida localización…
Reflexionar que los procesos de simulación-estimulación de lluvias C.E. y CC e I.C., además de imitar los ciclos hidrológicos criogénico(frio) y térmico (templado-caliente) en sus formas más simples y naturales para obtener precipitaciones (lluvias y nevadas) planificadas, programadas e intensas en zonas áridas y semidesérticas y/o en regiones afectadas por prolongadas sequías y en crisis por falta de agua, harán que estos anhelos y desafío físico-naturales transformen lo angustiante, lo conflictivo y lo imprevisible por una renovada era de bienestar, progreso y colaboración en varios territorios de HidroTerra.
El procedimiento y los retos consisten en utilizar y concentrar una porción del inmenso volumen de vapor de agua atmosférico para propiciar su condensación y su precipitación en aquellas zonas con escasez de lluvia y de humedad. Este objetivo se lograría conforme a las cualidades, los principios y las funciones de la C.E. y la Cavitación-Implosión Circular para generar vórtices. Significa, las regiones desérticas y semidesérticas -frías y calientes caracterizadas por falta de agua-; o bien, zonas en situaciones de emergencia hídrica dañadas por recurrentes y prolongadas sequías y/o sobre-extracción de agua subterránea con sus efectos colaterales en el subsuelo: grietas, hundimientos… tendrían posibilidades de contar con el vital líquido para asegurar su porvenir.
Ante esta perspectiva los fenómenos físicos asociados a la C.E. (https://drive.google.com/file/d/1w6AKfb-DWQXAZ2VMfrODayB2HbY7xx51/view) permitirán reproducir y propiciar necesarias y bien distribuidas lluvias en áreas terrestres afectadas por severas sequías y alteraciones climáticas. Su activación-consecución requiere:
1. Estimular la formación de nubes en función con la temperatura y la presión en la parte superior de la Tropósfera para favorecer la concentración y el enfriamiento del vapor de agua a esas altitudes, hecho que provocaría la precipitación de agua líquida y/o sólida. Implica, este proceso atmosférico inducido sería análogo a la formación de los vórtices tropicales o polares que se originan en la superficie de los océanos.
2. Desde luego este proceso para imitar lo natural, demanda conocimiento pleno de los movimientos y condiciones del ambiente meteorológico, a fin de propiciar la acumulación del vapor de agua y la consecuente formación de nubes, las cuales al desplazarse según los vientos dominantes -entre 6 km y 10 km de altitud- llovería en áreas urbanas y campestres con altos requerimientos de agua.
3. En dicho proceso de incitación, el concepto físico e innovador de la C.C. e I.C., fenómeno natural productor de los movimientos astronómicos y terrestres derivados de la diferencia de presión y temperatura, adquiere una función y sitio fundamental en la recirculación de los vórtices de vapor de agua, que al conjuntarse con el control ejercido por la C.E., se asegurarían lluvias constantes, esparcidas y controladas en amplias regiones áridas y/o en definidos centros urbanos. distritos agropecuarios, desiertos candentes y fríos.
4. Sin duda, la estimulación de lluvias aprovechando las valiosas ventajas de la C.E. y de la C.C. e I.C. en los estratos superiores de la Tropósfera, simboliza un desafío sui generis para tratar de solucionar a fondo y en definitiva la falta o la insuficiencia de agua en zonas preseleccionadas de HidroTerra.
5. Por lo que imitar lo mejor posible de cómo la Naturaleza reproduce los ciclos hidrológicos térmico y criogénico, facilitará disponer con abundante agua en zonas terrestres desérticas y semidesérticas. Por ejemplo en México sería en su zona central, noroeste, norte y noreste, áreas que cuentan con extensas tierras pero con recursos hidráulicos limitados. Por lo mismo y en condiciones similares se encuentra la región oeste-suroeste de EE.UU. y Canadá. En estos países, la inducción de lluvias a partir de la concentración y la precipitación del vapor de agua disponible en la Tropósfera, derivarían en importantes e invaluables beneficios, además del Sistema Hidroenergético de Norteamérica (SHENA google.com/file/d/17Augb-W0jjkhH7NJBrTcYVFy1eZVhJNy/view) , que resolvería en definitiva la escasez de agua.
6. De convenir y/o en complemento, se emplearía el método de esparcir yoduro de plata u otro compuesto químico idóneo en las nubes para favorecer la intensidad de las lluvias en áreas terrestres definidas con antelación. Aunque la esencia de este proceso consista en reproducir la nubosidad derivada por acumular el vapor caliente de agua atmosférico y enfriarlo-condensarlo conforme a las acciones de la C.E. y la C.C. e I.C . los resultados por conseguirse serían alentadores por su compatibilidad con los procedimientos naturales.
Alcanzar los objetivos y las metas para producir lluvia abundante, con adecuada distribución espacial y duración suficiente para rehidratar sedientas tierras, recuperar los niveles freáticos de acuíferos con altos índices de sobre-extracción, a fin de detener severos daños al subsuelo –gritas, hundimientos, oquedades…-, mantener óptimos los niveles de ríos y el almacenamiento de embalses naturales y lagos artificiales, simbolizan uno de los anhelos fundamentales para garantizar la posteridad, la convivencia pacífica y los procesos productivos en el planeta.
De ahí que el panorama científico-tecnológico sea cómo utilizar una parte importante o suficiente-moderada de vapor de agua combinado con el aire atmosférico, de acuerdo a las necesidades y las demandas del vital líquido en el ámbito mundial. De visualizarse así, la estimulación atmosférica para la formación de nubes sería lo más apegado a lo natural para asegurar la humedad idónea y llueva sobre aquellas regiones donde prevalezcan climas secos-tórridos; pues por sus características fisiográficas y climáticas, la presencia de vapor de agua es insuficiente y, en consecuencia, la nubosidad es intermitente, situación que convierte a esas zonas en el objetivo principal.
Es decir, el propósito central radica en cómo optimizar las cualidades de la C.E. en las capas superiores de la Tropósfera a fin de contar con el espesor adecuado de energía fría, lo cual permitirá aumentar el vapor de agua atmosférico por encima de territorios áridos. Dentro de esa finalidad, la incidencia y la dirección de los vientos tienen la función de canalizar los flujos de vapor de agua hacia las zonas predestinadas de estimulación de lluvias
Por supuesto este sui generis procedimiento debe circunscribirse en los conceptos y en los lineamientos de la C.C. e I.C. para simular y reproducir la generación de vórtices y/o remolinos nubosos en las partes altas de la atmosfera, tal como la Naturaleza lo realiza sobre la superficie del mar (trombas marinas) o en tierra durante la formación, expansión y desplazamiento de ciclones, huracanes, anticiclones, tifones, tornados… sólo que a una escala considerablemente menor para canalizados a regiones y territorios con insuficiencia de agua.
Así, las metas por establecerse, estarían en función para reacomodar y reacondicionar el espesor de la capa inferior envolvente de la C.E.; ya que debido a la inclinación del eje terrestre (fenómeno de nutación) las regiones desérticas y semidesérticas, tiene menor espesor al norte y al sur de los trópicos hasta las proximidades de los círculos polares, debido a su clima cálido-templado y mayor densidad sobre tundras comprendidas entre los círculos polares y los polos terrestres… En términos generales el espesor de la capa de C.E., tanto subterránea como atmosférica, es exactamente igual desde que se originó el Universo y todo el contenido energético-material. No se pierde un solo fotón de energía, frio o caliente.
De considerarse factible imitar la manera de accionar de la Naturaleza en la precipitación pluvial y reproducir este método en zonas con déficit de agua, se convertiría en una hazaña sin parangón en la disponibilidad de agua dulce mundial. Para hacer asequible tan importante anhelo-objetivo, es necesario reflexionar en lo siguiente:
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De ningún modo se pretende crear y/o aumentar el volumen de agua fresca. El propósito es simular los procesos naturales para favorecer la formación de nubes sobre áreas áridas o en crisis hídrica. El volumen de agua en sus estados físicos sólido, líquido, vapor o plasmático, es exactamente el mismo desde que existe el planeta HidroTerra.
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La esencia consiste en enfriar y condensar el abundante vapor de agua mezclado con el aire atmosférico para reproducir parte de los ciclos hidrológicos (formación de nubes y precipitación de nieve, granizo o lluvia) en zonas con escasez o severa contaminación del agua. La intención no es manipular lo natural; sino imitar y aplicar los ciclos hidrológicos para contribuir a solucionar la demanda actual y futura del vital líquido.
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En HidroTerra, desde su superficie hasta los estratos superiores de la Tropósfera se tiene vapor de agua. Los seres vivientes durante su existencia respiran aire-vapor de agua. El Homo Sapiens es 70% agua. Su concentración y cantidad varían según la radiación e incidencia solar. Después del aire, el gas más abundante es el vapor de agua. Su volumen varía del ecuador a los límites de los trópicos y en las cercanías de los polos.
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La forma de incrementar el espesor de C.E. sobre áreas desérticas y semidesérticas, sería mediante remolinos producidos por variaciones instantáneas de presión y temperatura atmosférica; fenómenos meteorológicos, que al favorecer la C.C. e I.C. se traduciría en movimientos curvilíneos para desplazar y reacondicionar las frías temperaturas en la zonas altas de la Tropósfera.
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Conforme al análisis y la dirección de los vientos dominantes, las masas atmosféricas se desplazarían hacia los bordes de los vórtices generados por la cavitación e implosión natural. Esto significa, se moverían por las fuerzas centrípetas y centrífugas de succión. Este fenómeno meteorológico es análogo a la formación de ciclones, huracanes, tornados… pero en sentido opuesto por la acción atrayente y reguladora de la C.E.
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Si en un ciclón el centro de baja presión aspira-succiona grandes volúmenes de agua de los océanos; crece y se desplaza por la acción de la cavitación e implosión circular, en los estratos superiores de la Tropósfera los vórtices inducidos se invierten al quedar los centros de baja presión en los bordes atmosféricos y en su parte media e inferior se enfriarían, condensarían y formarían nubes. Esto no es ilusión; es una real posibilidad.
De ninguna manera la propuesta y la recomendación de emplear el valioso y el estratégico vapor de agua atmosférico para precipitarlo sobre regiones desérticas, semidesérticas o afectadas por prolongadas sequías, las cuales por el crecimiento poblacional-urbano-industrial-agropecuario demanden cada vez mayor cantidad de agua dulce, significa meta irrealizable. El gran volumen de vapor de agua entremezclado e interactuando con el aire, sin duda representa un esencial tesoro natural para solventar crecientes necesidades de agua en HidroTerra.
Así, en compatibilidad de cómo la Naturaleza acciona los ciclos hidrológicos criogénico y térmico, el proceso para propiciar el movimiento de las masas atmosféricas (aire y vapor de agua) a zonas con altos requerimientos de lluvias, sería conforme a los principios y a los efectos de la C.C. e I.C., utilizándose desplazamientos atmosféricos curvilíneos y, mediante la implosión, generar vórtices concéntricos y cúmulos nubosos, lo cual facilitaría la acumulación, el enfriamiento, la condensación y la precipitación del valioso vapor de agua atmosférico.
Explícitamente la inducción de lluvia ocasionada por el Hombre y sustentada en métodos hidrometeorológicos, permitirá reproducir en zonas específicas terrestres la forma natural para mantener en movimiento continuo toda el agua de la Hidrosfera, solamente que a escala menor y dirigida a regiones con carencia del vital recurso.
Si en la actualidad se recurre a esparcir en formaciones nubosas yoduro de plata para estimular lluvia y lograr limitados resultados, con renovados y ampliados conceptos científicos-tecnológicos se podrán aumentar sustancialmente las precipitaciones en donde más se requiera agua… Es importante reiterar que este planteamiento no es únicamente una teoría o propuesta. La intención es aprovechar en su plena manifestación y dimensión los fenómenos físicos y los fundamentos naturales.
Reflexionar en los alcances y las funciones de la C.E. dentro de los distintos cambios, ajustes y perfecciones cósmicas, permite visualizar los movimientos curvilíneos de los vientos en la Tropósfera. De tal modo, que de acuerdo al modelo general de desplazamientos atmosféricos, el aire-vapor de agua se canalizará a zonas áridas o afectadas por prolongadas sequía, según sea la información climática, en especial lo concerniente a la presión y la temperatura. Esta redirección y desplazamiento inducido de las masas aérea e hídrica, será posible aplicando los principios de cavitación circular para generar vórtices girando en sentido opuesto a los ciclones. Este proceso es similar al surgimiento de ciclones, huracanes, tornados, anti-ciclones… sobre la superficie del mar o de tierra, sólo que en las capas superiores de la atmósfera, de preferencia dentro o encima de la Tropósfera.
De lograrse resultados favorables y perfeccionar los métodos de estimulación de lluvias, en concordancia con los planes y los programas por implementar en territorios o regiones que lo requieran, las crecientes insuficiencias, crisis y conflictos por los usos y control del agua, al resolverse a fondo, de manera permanente y económica, estos objetivos serán -sin duda- los cimientos para reiniciar una renovada era de convivencia y desarrollo en otrora zonas predestinadas a la ruina y el abandono.
Como referencia, cuando el clima es frio, las masas atmosféricas (aire, neblina, humedad) se ubican generalmente en las partes bajas de la Tropósfera. En contraposición, cuando el ambiente es caliente el vapor de agua permanece en las partes altas. Así, en los seres vivos -Homo Sapiens, fauna y flora terrestre- por la respiración-exhalación-sudoración, el vapor de agua en ambientes fríos se condensa en gas blanquecino y en climas cálidos en evaporación, sudor y transpiración.
Ante dicho panorama, la formación de nubes e inducción de precipitaciones, facilitaran al Hombre instaurar un moderno modelo o método de progreso basado en satisfacer cabalmente sus demandas de agua para asegurar su trascendencia a Homo Universus y en redefinir su proyección universal.
Ing. Manuel Frias Alcaraz
manuelfrias@mexicotm.com
Valle de México. Abril de MMXV
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- 04.25.23 / 3pm
- Categoría:
- Proyectos
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