África. Crepúsculo Norte-Crepúsculo Sur

Cuenca de los Ríos Congo (Centro)-Nilo (Norte)-Zambezi (Sur)

Transferencias de Agua e Interconexión Energética

África, con superficie de 30 271 000 kilómetros cuadrados es considerada la cuna de la especie humana. Solo que por sus permanentes y diversos contrastes desde épocas remotas y la ambición por sus riquezas, su destino y desarrollo quedan condicionados a la voluntad de otras razas y naciones. A grado tal, que durante la colonización del continente americano, sus habitantes -en particular de la zona ecuatorial-, fueron esclavizados por los conquistadores europeos para efectuar todo tipo de trabajo en las vastas tierras descubiertas.

En la actualidad, sus problemas y carencias persisten y se complican severamente, donde los inacabables conflictos internos e injerencia externa, deficiente educación, salud precaria (propagación de enfermedades y epidemias de difícil control y erradicación), desempleo, escasas vías de comunicación… tornan un presente y futuro similar a su pasado. Situación que demanda un auténtico y renovado compromiso de la comunidad internacional, sin tendencias ideológicas y de supremacía geopolítica, a fin de contribuir a la incorporación de los pueblos africanos al desarrollo mundial. Lo primordial es lograr que organismos como Naciones Unidas, fortalezcan y apliquen los preceptos y lineamientos que dieron su origen.

Por lo que con la intención de aportar alternativas de solución de amplia visión y largo alcance a sus carencias, contrastes y limitaciones, aunado a instaurar criterios, planes y programas secuenciales que promuevan la convivencia, cooperación y desarrollo entre los países del continente y, al mismo tiempo, exista compatibilidad para el uso responsable y racional de las riquezas naturales, a continuación se exponen los conceptos y objetivos de los proyectos multinacionales sugeridos para apoyar un progreso sostenido y simultáneo, donde los recursos hidroenergéticos de la cuenca del río Congo serían el eje fundamental.

El río Congo-Zaire, que nace en la parte norte de Zambia como río Luapula, es de los más largos de África -4370 kilómetros- y por su caudal -45 000 metros cúbicos por segundo en promedio anual; potencial que cubriría la mayor parte de los requerimientos de energía eléctrica en ese continente- es el segundo del mundo después del río Amazonas. Ambos ríos tropicales -que desaguan al océano Atlántico-, formaron una sola cuenca cuando toda tierra firme fue una plataforma continental (era geológica Pangea). Ubicado en el centro de África y con área de captación de cuatro millones de kilómetros cuadrados e importantes lagos -Kivu, Tanganica, Mweru-, incluye la República Democrática del Congo, así como parte de Angola, Zambia, Burundi, Ruanda, República Centroafricana, Congo y Camerún.

De ahí que el aprovechamiento integral y creciente de tan estratégica cuenca internacional adquiera un concepto especial, tanto para sustentar el progreso e instaurar alianzas de beneficio mutuo entre las naciones que comparten los recursos del río Congo como por sus abundantes riquezas naturales -biodiversidad, minerales, madera, agua, energía-. Esto demanda construir proyectos y obras de infraestructura competitivos y de alta producción, a fin de aportar y garantizar servicios básicos de calidad, como abasto de agua, electricidad, control de inundaciones, navegación, turismo, trasvases, combustible de hidrógeno… La finalidad es que los gobiernos, inversionistas y sociedad tengan un fin único y consensuado

Proyecto África Crepúsculo Norte  Su función es cubrir la demanda de energía eléctrica en el norte de África y la dotación de agua para fines urbanos, industriales y agrícolas.

El principal y más caudaloso afluente del río Congo en su zona septentrional es el río Ubangi, donde su propio potencial proporcionaría un alto porcentaje de electricidad a los países ubicados dentro de su cuenca, así como a Gabón, Guinea Ecuatorial, Chad, Sudan, Etiopia, aunado a facilitar la interconexión eléctrica con las naciones de la región oriental del continente -Kenia, Somalia, Tanzania…-. Implica que al construirse grandes, seguros y versátiles proyectos hidroeléctricos de usos múltiples sobre el río Ubangi como en sus tributarios, en especial sobre los ríos Bomu y Uele, comenzaría un plan bien definido y de largo alcance para el control y aprovechamiento productivo de los afluentes del río Congo.

Destaca el hecho de que por lo intricado y virgen de vastas extensiones del húmedo bosque tropical y la diversidad de trabajos y actividades por ejecutar, los procedimientos y métodos científicos-tecnológicos por emplear serían de vanguardia, a fin de que los estudios básicos, caminos, campamentos, presas, sistemas de transmisión… tengan un impacto mínimo.

Así, los embalses que se formarían en las estribaciones montañosas y en la espesura de la jungla, además de representar vías de acceso y navegación para utilizar en forma consciente las riquezas selváticas e iniciar su industrialización en beneficio de comunidades aisladas y de la economía interregional, evitarían que su creación en zonas casi intactas se conviertan en un motivo de discordia o confrontación con organizaciones ambientales-ecologistas.

Conforme a este principio, al aplicar estrictas normas de protección, optimización y eficiencia se ocasionaría una moderada alteración a la flora y fauna. Esto garantizaría que la factibilidad de los nuevos y bien planificados proyectos hidroeléctricos de multifunciones se consolidara y, en consecuencia, se cumpliera cabalmente con sus objetivos y metas, además de que se tornarían en un invaluable apoyo para efectuar importantes transferencias de agua de la cuenca Congo-Ubangi al norte, es decir hacia la cuenca del río Nilo.

Para conseguirlo se necesitan realizar obras de infraestructura complementarias -túneles, canales, plantas de bombeo, presas de derivación- que aseguren ante cualquier contingencia una operación confiable y continua para atravesar el macizo montañoso y poder trasvasar caudales adicionales a la parte alta del río Nilo-Alberto-Blanco. La intención es disponer con obras civiles e instalaciones electromecánicas idóneas, a fin de derivar de los embalses más próximos al parteaguas Congo-Nilo, agua suficiente para aumentar la producción de alimentos y electricidad en los países que comparten la parte media y baja del río Nilo.

Con este conveniente y viable planteamiento para canalizar agua excedente a partir de los lagos artificiales por formarse sobre los ríos Ubangi-Uele y de algunos otros proyectos que se construirían sobre los afluentes que se originan en la República Centroafricana, el volumen por derivar duplicaría el agua disponible en el Nilo.

Significa que el río más largo del mundo -6 700 kilómetros- y cuna de la milenaria civilización egipcia, contaría en total con 7 000 metros cúbicos por segundo (se incluyen volúmenes suplementarios para compensar las elevadas pérdidas por evaporación en el lago Asuan-Nasser) e incrementar así las tierras bajo riego y la generación de electricidad en Sudan y Egipto. Esta atractiva transferencia, al establecerse en magnas y funcionales obras hidráulicas -como lo fueron en el pasado las pirámides, templos y ciudades-monumentos egipcios-, ensancharían las perspectivas de progreso y colaboración para reconsiderar la política del panafricanismo

Así Sudan, al contar con nuevos y revitalizantes volúmenes de agua, que al sumarse a los escurrimientos del Nilo Blanco, podría desarrollar un moderno sistema hidroeléctrico -si las condiciones fisiográficas lo permiten-, con lo cual ampliaría sus posibilidades para resolver su escasez de alimentos. Egipto con más agua, incrementaría de manera importante la generación de electricidad en la presa Asuan y conservaría siempre lleno el lago Nasser para beneficio del turismo, la producción agropecuaria, la piscicultura y la navegación.

También el río Nilo, al disponer con un mayor volumen, abastecería de agua a toda ciudad y población cercana a sus riberas -Jartum, El Cairo…- y eliminaría previsibles conflictos regionales por el control y uso del vital líquido. De esta forma, Etiopia aprovecharía con menos restricciones el Nilo Azul para cubrir sus necesidades actuales y futuras de agua, energía y alimentos; que hoy por los usos crecientes en el norte de Sudan y Egipto, tiene limitado el caudal para su propio consumo. Otro beneficio trascendente, es que los últimos caudales transferidos por descargarse al mar Mediterráneo, aminorarían las modificaciones en el delta del Nilo, provocadas desde de 1968 por la puesta en servicio de la presa Asuan.

Proyecto África Crepúsculo Sur  Su función es apoyar el desarrollo en el centro y sur de África con suficiente agua y energía y facilitar trasvases al desierto del Kalahari.

El principal afluente meridional de la cuenca del río Congo es el río Kasai que nace en la parte centro-oriente de Angola y es límite entre esta nación y la República Democrática del Congo por aproximadamente 450 kilómetros. En su largo recorrido, recibe las aportaciones de muchos afluentes, donde es posible construir proyectos hidroeléctricos para apoyar con agua y energía a nuevos desarrollos urbanos, industriales, comerciales y agropecuarios por instalarse en la parte sur-sureste de la República Democrática del Congo y norte de Angola. Además se podría exportar electricidad a Zambia, Botswana, Namibia, Sudáfrica y derivar caudales adicionales a los proyectos en operación Kariba y Cabora-Bassa situados sobre el río Zambezi -este importante río descarga al océano Indico 7 000 metros cúbicos por segundo- para aumentar la oferta de energía eléctrica en Zimbabwe y Mozambique.

De modo que el potencial del río Congo-Kasai y de sus diversos tributarios -Sankuro, Lulua, Loange, Kwilu- contribuiría al desarrollo del sur-oriente del continente africano, al aprovecharse y optimizarse mediante la construcción de modernas obras hidroenergéticas. Por lo mismo, facilitarían derivar grandes volúmenes desde sus lagos artificiales hacia el río Zambezi, ya sea para abastecer a ciudades y poblaciones del sureste de Angola, Zambia y Botswana, como para aumentar la superficie bajo riego en la planicie Liuwa y transformar una parte del extenso desierto del Kalahari en un gran productor agropecuario y silvícola.

Es decir, según las características y configuración fisiográfica regional, así como la disponibilidad hidráulica en la parte alta de la cuenca, el caudal inicial por transportar del sistema hidroeléctrico Kasai sería del orden de 2 000 metros cúbicos por segundo. Este volumen suplementario, tendría un impacto trascendente en la producción agrícola y ganadera en Namibia-Franja Caprivi, Zambia y Botswana. Por lo que de manera similar a los trasvases del río Nilo (el caudal por derivar tanto a este río como al Zambezi, equivale al 16% del río Congo) se requerirían grandes obras de infraestructura para cruzar en sitios idóneos el parteaguas entre los río Congo-Kasai-Zambezi. Con respecto al agua destinada al desierto del Kalahari, el cual ocupa una extensa superficie de Namibia y Botswana, se canalizaría río arriba de las Cataratas Victoria -descenso de 105 metros- mediante una presa de derivación que se construiría abajo de la confluencia del río Kwando con el Zambezi.

El propósito es que el volumen en tránsito, conserve la mayor carga posible y disminuyan los consumos de energía de bombeo para cruzar el siguiente parteaguas -entre la cuenca del río Zambezi y el desierto del Kalahari-. De ser viable esta congruente transferencia, las ricas tierras desérticas, ahora improductivas e inhóspitas por falta de agua, se convertirían en un inmenso y productivo distrito agropecuario para beneficio de toda la región; con lo cual, varios países del sur del continente tendrían un renovado porvenir, donde las riquezas hidráulicas y energéticas del río Kasai, serían el eje de prosperidad y trabajo compartido.

En complemento, las naciones del Golfo de Guinea -Ghana, Togo, Benin, Nigeria…-, al tener la posibilidad de recibir energía hidroeléctrica proveniente de los grandes proyectos propuestos en la cuenca del río Congo -su eventual producción de electricidad se estima en un millón de Gigawatts·hora por año-, además de que este enorme potencial daría un fuerte impulso al combustible del futuro, las celdas de hidrógeno, y suministraría la energía necesaria para las grandes centrales de bombeo asociadas a los sistemas de transferencia, esos países podrían procesar y emplear el mayor volumen de petróleo y gas natural en sus propios territorios, lo que brindaría incentivos y combustibles a precios preferenciales a empresas e industrias internacionales para generar empleo, riqueza y progreso en la región.

Ante esta perspectiva de cooperación y desarrollo multinacional, hacen de los valiosos recursos hidroenergéticos de la cuenca del río Congo -el proyecto Inga en el bajo Congo cuando se concluya tendrá una capacidad de 40 000 Megawatts-, que ahora se derraman al océano Atlántico después de un uso mínimo -si todo su caudal se aprovechara para abasto de agua cubriría las necesidades del doble de la actual población mundial-, adquirieren la función primordial para subsanar y erradicar en definitiva o bien en un alto porcentaje, la pobreza, la marginación, el hambre y las enfermedades en el centro-norte-sur de África.

Reflexionar que la consecución de los proyectos y obras de infraestructura propuestos para respaldar los planes y programas del concepto de desarrollo África Crepúsculo Norte-Sur, exige la suma de esfuerzos, voluntades y plena participación de la República Democrática del Congo, Sudan, Egipto, Etiopia, Angola, Zambia…, así como del decidido compromiso de organismos e instituciones financieras mundiales y de aquellos países que controlaron y explotaron sus riquezas, y en la actualidad continúan con una presencia preponderante en el continente, permitiría que el otrora oprobioso e injusto pasado, evolucione hacia una era de prosperidad, donde el objetivo central sea acrisolar y acrecentar la unidad africana.

Sin protagonismos y antagonismos internos y externos, África demanda una oportunidad histórica que la revalore y guíe hacia mejores niveles de vida y conceptos de desarrollo.

México, D.F. Noviembre de 2003.


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