Proyecto Binacional Boca del Cerro, Chiapas-Tabasco y Guatemala

PH Boca del Cerro

La cuenca del río Usumacinta -Altos de Chiapas y selva Lacandona- en el sureste de México y -El Quiché, Verapaz y El Petén- ubicados al occidente y norte de Guatemala, es la región binacional, que por sus estratégicos y valiosos recursos naturales y riquezas potenciales -agua, energéticos, bosques, selvas… -, demanda acciones precisas y obras de infraestructura prioritarias.

Hoy, la dañina e incontrolada deforestación y consecuente erosión -en mayor proporción del lado mexicano-, la apertura de nuevas tierras a la agricultura y ganadería, la sobreextracción de maderas preciosas, los crecientes asentamientos humanos y la falta de programas adecuados de empleo, colonización y urbanización, están comprometiendo peligrosamente la vida y el equilibrio natural de tan importante cuenca tropical.

Ante esta perspectiva, resulta inaplazable contar con un mismo concepto y plan de desarrollo intrarregional, tanto para aprovechar coordinadamente el río Usumacinta y sus principales afluentes: Lacantún, Ixcán, Xactbal, Chixoy-Salinas y de La Pasión, como para promover, impulsar y concretar todo un programa de amplia visión y largo alcance que solucione a fondo y en definitiva los crecientes problemas políticos, económicos, sociales y de seguridad en la frontera. Es decir, mas que un plan parcial como Puebla-Panamá se requiere primero una gran obra binacional para establecer los cimientos de una bien planificada y equitattiva integración.

Para instaurarla es fundamental conceptuar, planificar y construir proyectos y obras de infraestructura básica de alta participación, competitividad y rentabilidad, que por una parte, satisfagan la demanda de servicios básicos -agua, drenaje, energía eléctrica, alimentación, educación, salud, vivienda, caminos, trabajo, seguridad- y por otra, brinden garantías suficientes a los inversionistas para fomentar la instalación de industrias, activar el comercio e incrementar la producción agropecuaria, con base en las siguientes consideraciones:

·   Ampliar y fortalecer los acuerdos y convenios de cooperación México-Guatemala, en especial el Pacto de San José para lograr la interconexión en alta tensión de México-sur, Centroamérica y Colombia-norte.

·   Concretar un Tratado de Cooperación Comercial para América Latina e impulsar un desarrollo soberano e integral. Esto, alentará una renovada, justa y dinámica alianza de prosperidad con todos los países del continente.

·   Aprovechar de manera íntegra y racional los recursos y riquezas de la cuenca, a fin de asegurar infraestructura suficiente y de calidad, la cual optimice las funciones y objetivos de cada proyecto y, al mismo tiempo, propicie inversiones productivas para lograr un equitativo progreso regional.

·   Aportar diversos beneficios de carácter social y económico, que permitan elevar la calidad y nivel de vida, donde los habitantes locales al colaborar desde el inicio de los trabajos, puedan disfrutar y compartir sus riquezas.

Con estos criterios y fundamentos generales, de los nueve competitivos e importantes proyectos de multifunciones por desarrollarse en México: Boca del Cerro, Pico de Oro, Quetzalli, Huixtan I, Huxitan II, Jattza, Nance, Bajatzen y la central Chumpán, que en conjunto contarán con una potencia de 10 020 megawatts y 35 050 millones de kilowatts·hora (términos equivalentes al 27% y 20% de la capacidad y generación nacional), el proyecto internacional Boca del Cerro sobre el río Usumacinta tiene prioridad, requiriéndose para su consecución:

a)    La decidida participación de los gobiernos de México y Guatemala, a fin de impulsar ante los organismos financieros y privados, la alternativa propuesta (elevación máxima del agua 125 metros sobre el nivel del mar -msnm-), que por sus conceptos de planeación y programación, aportará los mejores resultados, privilegios y ganancias, compatibles a los intereses de los dos países.

b)    Todas las inversiones para la construcción de las obras civiles e instalaciones electromecánicas asociadas al proyecto y las mayores afectaciones quedarán en México; y cerca del 65% de las aportaciones al futuro embalse, provendrán de los afluentes guatemaltecos. De modo que los beneficios obtenidos por la producción de electricidad se regirán conforme en los preceptos y normas establecidas en el Tratado Internacional de Límites y Aguas y en los nuevos lineamientos del ampliado Pacto de San José, así como en los convenios y acuerdos que se deriven… El propósito es concretar su conveniente edificación.

c)    Debido al importante caudal, 70 100 millones de metros cúbicos (incluye las aportaciones trasvasadas por la presa Salto de Agua sobre el río Tuliha), cada metro de carga-embalse representa 150 millones de kilowatts·hora -equivalente a un ahorro de 250 000 barriles de combustóleo al año-; hecho determinante para seleccionar la altura de cortina acorde al área máxima por inundarse. Por supuesto esta característica de factibilidad principal, requiere considerar las restricciones técnicas y afectaciones sociales permisibles.

d)    La capacidad del futuro embalse, debe garantizar un funcionamiento confiable y la mayor vida útil. Condiciones que se ampliarán, una vez regulados, controlados y aprovechados mediante grandes presas de propósitos múltiples, los cinco afluentes que forman el caudaloso río Usumacinta.

e)    Evaluar, sin parcialidad y sofismas, las afectaciones e indemnizaciones a ambos lados de la frontera. Las ruinas arqueológicas de Yaxchilán, Chiapas -altitud 170 msnm- ubicadas en la margen izquierda (la parte cercana al río es posible que se desplacen) y Piedras Negras, El Petén -elevación 150 msnm- situadas en la margen derecha, de acuerdo con la alternativa recomendada, no se inundarán; por el contrario se podrán visitar por navegación fluvial. La información topográfica se tomó de los planos escala 1/20 000, elaborados en abril de 1967 para la Comisión Federal de Electricidad de México y de planos escala 1/100 000 formados por el consorcio alemán LSF para el INDE-Guatemala de mayo de 1976.

f)    Entonces, si las características fisiográficas y sociales lo permiten, y al no existir afectaciones recientes y arqueológicas relevantes, sería conveniente incrementar la altura de la presa y, por lo tanto, la capacidad del embalse y la producción de electricidad. Esto, asegurará aprovechar mejor y objetivamente los recursos técnicos, económicos y financieros, al reafirmarse como la obra de infraestructura básica de más trascendencia que compartirán México y Guatemala.

De acuerdo a estos conceptos, el proyecto binacional Boca del Cerro se localizará a 9.5 kilómetros al suroeste de Tenosique, Tabasco. Consistirá de una presa de 135 metros de altura máxima que formará un lago artificial de 30 500 millones de metros cúbicos -50% en cada país-. Con una potencia de 4 200 megawatts para generar 17 400 millones de kilowatts·hora (67% de la producción hidroeléctrica de México y ahorro de 29 millones de barriles de combustóleo por año), al sumarse a sus aportaciones sociales y económicas -empleo, centros de población, distritos agrícolas, navegación, carreteras, protección ambiental-, facilitará iniciar un amplio desarrollo industrial-comercial-turístico y, al mismo tiempo, instaurará las bases para interconectar a Centroamérica y Colombia con la red eléctrica nacional.

País

Nivel máximo

Área inundada

Almacenamiento

msnm

km2

millones de m3

México

125

530

15500

Guatemala

125

1115

15000

Suma

1645

30500

El área de embalse por crearse en la República de Guatemala será principalmente frente a Yaxchilán y sobre el río de La Pasión, la cual equivaldrá al 67% de la superficie total y el uno por ciento de su territorio. En México, la mayor área por inundarse presenta una peligrosa y progresiva deforestación. Con la construcción del proyecto, es factible inferir que los recursos selváticos se conservarán y regenerarán, al sobreelevarse los niveles freáticos y aumentar el almacenamiento de los acuíferos, aunado a mejorar el control de las inundaciones y azolves.

Esto significa que al contribuir el Proyecto Binancional Boca del Cerro a restablecer el ciclo natural, impulsar nuevas comunidades alrededor del futuro lago artificial, que contarán con todos los servicios básicos -agua, drenaje, electricidad, escuelas, clínicas… – y ofrecerse múltiples oportunidades de trabajo en modernas industrias agropecuarias y de manufactura, distritos piscícolas y acuícolas, atractivos destinos y desarrollos turísticos, la presión sobre los recursos naturales disminuirá.

Sureste 2a

Al conjuntarse sus diversos beneficios con el canal de derivación Balancán, el cual trasvasará los caudales del río Usumacinta hacia el Golfo de México-Laguna de Términos, a fin de producir 1 250 millones de kilowatts·hora adicionales en la central hidroeléctrica de baja carga Chumpán, por instalarse sobre el río Salsipuedes que desemboca a esa laguna litoral, además de la construcción de la presa Salto de Agua, -obra que controlará las inundaciones del río Tuliha-, la región norte y oriente de Tabasco, y suroeste de Campeche, tendrán un decisivo impulso. Esto, al combinarse con eficientes sistemas de drenaje e hidrovías, asegurará recuperar un millón y medio de hectáreas de fértiles tierras para las actividades agropecuarias y acuícolas (Distrito Agropecuario, Piscícola y Acuícola Tacotalpa-Candelaria).

De igual manera, de la ribera derecha de su embalse, partiría una monumental conducción para unir los futuros lagos artificiales de los proyectos Boca del Cerro, San Pedro y Candelaria, con la intención de disponer un río-canal con diversos ramales que permita derivar y abastecer de abundantes volúmenes de agua fresca e irrigar extensas superficies en la península de Yucatán. Implica que esta obra complementaria se traducirá en un porvenir mejor para sus habitantes y será el eje vital para restablecer el equilibrio ecológico de tan importante territorio peninsular.

Asimismo ese canal de navegación, apoyará los futuros sistemas de comunicación del sureste y hará atractivo instalar en sus márgenes fábricas y comercios que generarán múltiples fuentes de empleo productivo, esenciales para reactivar la economía interestatal, fomentar la exportación de productos procesados en lugar de recursos naturales y elevar las condiciones y el nivel de vida regional.

Por lo que para aprovechar de manera plena el potencial hidroenergético de toda la cuenca, es recomendable que Guatemala desarrolle un plan similar al propuesto para el sureste de México. Así, al ejecutarse sobre los ríos Ixcán, Xactbal y Chixoy, proyectos de multifunciones de la mayor capacidad técnica, económica y social factible y comunicar sus embalses con los proyectos del lado mexicano, aumentarían notablemente la producción de electricidad y los beneficios en la parte meridional de la cuenca; y nuestro vecino del sur, cubriría su demanda a mediano y largo plazos, aunado a exportar energía eléctrica a las demás naciones centroamericanas -e inclusive a México- y facilitar los programas de interconexión.

La congruente construcción del Proyecto Binacional Boca del Cerro, facilitará alcanzar una auténtica alianza para el progreso e integración en el centro del continente Americano. Por lo mismo, comenzará una renovada era de equidad y prosperidad en la cuenca del río Usumacinta. Con un presupuesto estimado en 50 000 millones de pesos -cinco mil millones de dólares-, donde el 70% será en moneda nacional -obra civil, materiales de construcción, diversos equipos… – por destinarse durante un periodo de cinco años, asegurará a los organismos financieros e iniciativa privada, inversiones de alta competitividad y rentabilidad.

Es decir, esta trascendente obra de infraestructura tendrá una participación destacada para solucionar varios problemas fronterizos mediante actividades y trabajos productivos, además de que fortalecerá los vínculos de amistad y los planes comunes de desarrollo de hoy y siempre entre México y Guatemala.

México, D.F. Marzo de 1994 (Actualizado a enero de 2003)


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