Plasma-Agua. Cuarto Estado Físico-Químico del Agua

Plasma-Agua  Es agua glacial sometida a extremas temperaturas y presiones criogénicas, que adquiere una alta capacidad subliminal, al pasar de sólida a vapor por la acción  energética de los elementos que la integran -oxígeno e hidrógeno- y del calor atrapado durante su proceso de congelación-expansión. Es decir, por su situación de confinamiento a grandes profundidades se deshiela parcialmente, lo cual genera vapor a una temperatura ligeramente arriba del helado entorno, suficiente para socavar y formar cavernas en el interior de los densos y sólidos glaciales.

 Estas  grutas, que además contienen agua proveniente de sistemas subglaciales, involucran a las tres fases actuales del agua, donde al interactuar en un congelado ambiente subterráneo y sin la acción del viento se transforman en el cuarto estado del agua: plasma semilíquido o gelatinoso.

Considerar que la máxima exposición y coordinación de la CrioEnergía (CE) y TermoEnergía (TE) se evidencian en todo el cosmos y en planetas similares a HidroTerra, hacen de la MesoEnergía (ME) la expresión fundamental para controlar y equilibrar las manifestaciones extremas de las energías rectoras universales -frío y calor-, a fin de preservar la vida y el desarrollo terrestre. El ejemplo más concluyente de correlación, interdependencia y combinación de la materia y la energía, es el Agua.

La integración plena de los elementos que forman el agua -el oxígeno e hidrógeno-, (entre el 50% y 90% de los animales y plantas son agua) se traduce en la máxima conjunción-composición de la materia y la energía en HidroTerra y tal vez en el Universo: Esto permite afirmar: Agua es Energía y Energía es Agua. Por consiguiente, estos dos elementos tienen presencia en cualquier ser viviente y material. El hidrógeno es la esencia de los hidrocarburos, de infinidad de sustancias orgánicas y de todos los ácidos. El oxígeno resulta elemental para los tejidos vivos (en el ser humano representa el 60%), aunado a que cerca del 50% de la corteza terrestre contiene oxígeno.

Tan correcta combinación -ambos elementos no existen en estado libre en HidroTerra, sólo se separan con la intervención del hombre- hacen del agua una sustancia inherente y permanente. Por sus múltiples virtudes (ionizante, disolvente, catalizador, hidratante…) participa en todo proceso físico-químico-energético. Además, es la única sustancia terrestre que a temperatura ambiente se encuentra congelada, líquida y gaseosa; se expande al solidificarse (alrededor del 9%); se encuentra por doquier -atmósfera, océanos, glaciales, acuíferos, ríos, lagos…-; se contrapone a la gravedad por sus funciones capilares y tiene un amplio rango entre sus puntos de ebullición y congelación.

Su estado sólido se deriva de un enfriamiento progresivo, que podría denominarse: ciclo hidrológico criogénico-plasmático, fenómeno inverso al convencional ciclo térmico. Es decir, en lugar de que el agua líquida se evapore por la acción de la TE externa o interna y ascienda para formar nubes o descienda en forma de neblina, un proceso opuesto sucede cuando el agua se solidifica y aumenta de volumen. De modo que el hielo se forma por las bajas temperaturas polares, en montañas altas y en latitudes por arriba de 40º Norte y por abajo de 40º Sur. Desde luego, la extensión y duración del agua congelada, es función de la inclinación (Astro Giro Vertical) y de los movimientos de rotación, traslación, precesión y vertical terrestres.

Desde que el oxígeno e hidrógeno se mezclaron para producir agua, su volumen es el mismo. La creciente reducción de agua dulce o fresca se debe básicamente a la deforestación, urbanización e invasión de las áreas de captación efectuadas por la humanidad. En consecuencia, el volumen de agua para sustentar y asegurar la vida en HidroTerra es exactamente el mismo desde su existencia, no se pierde ni se agrega una sola gota. Por lo que su escasez no es un problema natural sino humano.

Ante esta perspectiva, la meta y directriz central debe ser incrementar la cantidad y calidad de agua en tierra      -continental e insular-. Si hoy existen alrededor de 7.6 millones de km3 en almacenamientos superficiales y subterráneos, y 30 millones de km3 en los glaciales, el objetivo por alcanzar será duplicar el volumen de agua líquida a partir del ciclo hidrológico criogénico, lo cual consistiría:

1.     La hegemonía de la CE queda plenamente constatada en HidroTerra, al simbolizar casi cuatro veces más el volumen de agua dulce (hielo) que la generada por el ciclo hidrológico térmico (vapor) Así como el vapor de agua caliente y frío se eleva, condensa y precipita, el fenómeno opuesto es la congelación, concentración y dilatación del agua helada, que flota por su densidad menor.

2.    Si el ciclo hidrológico térmico se manifiesta en lluvias y tormentas tropicales e invernales, donde los ciclones, huracanes, monzones, tornados, masas polares, corrientes de chorro… son sus evidencias extremas, en el ciclo criogénico las eras geológicas glaciales, las perpetuas y gruesas cubiertas de hielo en las altas montañas y regiones polares, dan una idea del poder de la CE en tierra como en la atmósfera.

3.    Implica, que las precipitaciones por más intensas y extendidas que sean, ya no pueden aumentar la cantidad de agua terrestre, debido a la perfección del ciclo térmico. En contraposición, la formación, ampliación y permanencia de los glaciales, casi no requieren de lluvia, nieve o granizo; sino de las bajas temperaturas y la solidificación del agua marina y la humedad ambiental.

4.    La coordinación de la CE, TE y ME reproduce con toda exactitud el ciclo criogénico. En lugar de evaporarse y enfriarse vapor de agua que se precipita; sucede lo contrario. El agua helada se congela, flota y se desliza para licuarse. Condición que reconfirma el equilibrio y contraste universal, donde las energías fría y caliente adquieren una función superlativa en los ciclos del agua.

 

Conforme a dicho planteamiento se deduce: El ciclo hidrológico térmico, que cada año recircula del orden de 340000 km3 de agua, principalmente extraída de los océanos, ya no puede ampliar el volumen de agua dulce terrestre, condición que exige otros métodos y acciones eficientes y compatibles con la naturaleza. De tal manera, que el futuro complemento en regiones y países con problemas crecientes de agua, sería posible resolverlo mediante procesos no-convencionales.

Por sus cualidades energéticas, el agua sobrecongelada representa una enorme y estratégica reserva que participaría a cubrir la creciente demanda en varias regiones semiáridas y áridas. Debido a sus propiedades para alojar partículas de calor (fotones) entre sus espacios intermoleculares -derivadas del poder energético del oxígeno e hidrógeno y su capacidad de dilatación-, el ascenso del calor liberado a grandes profundidades se dificulta, lo cual propicia que la energía interna acumulada licue las zonas inferiores de los glaciales, originándose cavernas de hielo que resguardan lagos de agua semilíquida o gelatinosa.

Si el agua infiltrada a través de estratos calcáreos forma grutas y ríos subterráneos, en los glaciales ocurre un fenómeno similar, ya que según el espesor y la profundidad, es probable la existencia de cavernas que alojan grandes depósitos de agua líquida o gelatinosa. Tan espectacular fenómeno de la CE se manifiesta en los lagos subterráneos de la Antártica; en los iceberg que se desplazan o perduran casi inmóviles en los mares australes y boreales; en igloos y en refugios polares, donde la temperatura interior al ser mayor que en el exterior, facilita el hábitat glacial y la disponibilidad de agua líquida, son ejemplos de la importante propiedad del agua súper-fría y de su energía interna.

Sin duda, el ciclo plasmático es la clave para reorientar los planes y programas mundiales de captación, almacenamiento y distribución de agua, propósito que distendería potenciales conflictos por el control de los recursos hidráulicos entre regiones y países. Simultáneamente, facilitaría que un número cada vez mayor de personas tengan acceso a agua de calidad y en volúmenes suficientes.

Ahora bien, las circunstancias naturales y siderales que definen la presencia y finalización de las eras glaciales (Astro Giro Vertical), aunado a las propiedades y ventajas fisicoquímicas del agua en su estado sólido y el poder energético-material de los elementos que la forman, permitirían evaluar y analizar la posibilidad real de aumentar la disponibilidad de agua dulce. Para su consecución se requeriría:

a).    La presencia de una propiedad del agua súper-fría (entre líquido y sólido) aún desconocida pero que existe, facilita su licuación en grutas de hielo situadas bajo pesados glaciales, excavadas por el poder energético del hidrógeno y oxígeno, en combinación con las partículas de calor atrapadas en sus espacios intermoleculares por el aumento de volumen en su estado sólido. Significa, el hielo siempre tenderá a licuarse y a gasificarse.

b).    A temperaturas muy bajas -tal vez cercanas e inclusive inferiores al cero absoluto (-273° C)- el agua intensamente fría y confinada (Plasma-Agua) tiene un proceso inverso de sublimación. Así como el vapor menos frío emana de la superficie polar para formar las tormentas invernales, ocurriría el mismo fenómeno en el interior de los glaciales, donde el gas atrapado (quizás inflamable) socavaría-licuaría el hielo contiguo para reequilibrar la temperatura y la presión.

c).    De tal manera que el ciclo hidrológico frío -superficial y subterráneo- se sustenta en la evaporación de agua congelada. Este gas al ascender se dispersa, se condensa en las zonas inferiores de la atmósfera y es arrastrado por los vientos hacia el ecuador, y en las entrañas glaciales, donde el vapor desciende, se contrae, licua y queda encerrado en su interior.

d).    De acuerdo a estas cualidades del agua glacial, la humanidad tendría amplias posibilidades de incrementar sus reservas y disponibilidad de agua para evitar guerras por su control, distribución y aprovechamiento. Su administración y uso se instauraría en una renovada visión y mentalidad, que le asigne a la CE su verdadero valor y significado, a fin de hacer a los glaciales e iceberg, el objetivo alterno mundial de abasto y complemento futuro de agua.

e).    La otra finalidad de comprender las causas de origen, conservación y conversión del agua plasmática, es imitar el funcionamiento de este ciclo hidrológico donde se requieran desalar grandes volúmenes de agua marina con consumos mínimos de energía. Esto sería factible, debido a que los ciclos criogénicos una vez establecidos son altamente eficientes.

Por supuesto, el reto es gigantesco por la forma en que la naturaleza acciona los ciclos hidrológicos térmico y criogénico; pues su imitación a escala reducida y en zonas específicas, tornan a este propósito algo más que un simple anhelo de desalar agua marina. Asimismo, en épocas invernales los vientos casi siempre soplan hacia el mar, convirtiendo a las regiones polares en centros de alta presión, con vientos que aumentan con la altura sobre el polo norte y de baja altitud en el polo sur, sólo que esta región austral es más fría, por la mínima radiación solar e inclinación terrestre.

Ante estas condiciones especiales y contrastantes entre las zonas polares, la concepción de los procesos y métodos de congelación artificiales para producir abundantes volúmenes de agua dulce, los planes y proyectos deben regirse con las normas de la CE, pero sustentados en las características de circulación y temperatura del agua profunda, así como en el aprovechamiento de las corrientes de agua fría marina para transportar grandes témpanos a regiones o países costeros. Para visualizar mejor este horizonte, es indispensable destacar algunas cualidades sui generis de la Antártica:

 

  • Es el único continente que perdura inactivo para controlar el uniforme movimiento de los otros continentes, además de funcionar como una balanza energética-material del clima mundial. Con una temperatura siempre inferior al punto de congelación del agua (la mínima registrada es de -90º C), lo convierten en la región más fría e inhóspita de HidroTerra.

  • Por las bajas temperaturas subterránea, superficial y aérea que contraen y casi licuan el aire circundante hasta la zona inferior de la estratosfera, permiten que el hoyo de la capa de ozono -situado encima del polo sur-, aumente de tamaño cada invierno e inicio de la primavera del hemisferio sur, a fin de extraer-reciclar el excedente calor natural y artificial del planeta.

  • Su agua glacial permanente equivale al 90% del agua dulce mundial, reserva que se incrementa hasta 2.3 veces durante el invierno por la extensión de la cubierta de hielo sobre el océano Antártico. Asimismo, este continente tiene una precipitación similar al desierto del Sahara (50 milímetros al año), pero posee y produce -en forma de hielo- más agua dulce que toda la generada por lluvias tropicales e invernales, ciclones, monzones, tifones…

  • Lo profundo y pesado de sus glaciales -se estima que el lecho rocoso esta hundido más de 600 metros respecto al nivel del mar- da como resultado la ausencia de agua subterránea, pues toda su disponibilidad se concentra en las gruesas capas de hielo. Esta situación, en apariencia, facilitaría aprovechar tan gigantesco almacenamiento. Los desafíos consisten en cómo transportar iceberg donde se necesiten y lleguen a su destino con mínimas pérdidas.

  • De modo que la posible inexistencia de acuíferos en la Antártica, reconfirma la propiedad del agua de emerger sin importar el volumen congelado -en el supuesto de que casi toda el agua oceánica se solidificara, flotaría sobre una delgada capa de agua líquida remanente-. Esto ratifica el concepto de que en regiones glaciales toda el agua es superficial. Un caso especial son las frías tundras del hemisferio norte, que durante el verano se deshielan y, el agua infiltrada al subsuelo, la mayor parte del año permanece congelada (permafrost).

  • También lo anterior constataría, que los actuales principios físico-químicos del agua glacial, en la Antártica están a su máxima exposición y evidencia, así como una característica poco conocida e inusual, su estado líquido -o semilíquido- confinado a gran profundidad. Esto involucraría un concepto anormal del agua congelada tanto universal como terrestre, de que además de sus tres estados elementales (vapor, líquido y sólido), existe una cuarta propiedad a temperaturas demasiado bajas, que probablemente sería fluida o gelatinosa.

  •  Así como el cuarto estado de la materia es el plasma (gas a temperaturas muy candentes; en HidroTerra son los relámpagos y en el Universo son las estrellas-soles con sus reacciones nucleares de fusión), su contraparte de equilibrio sería el agua a temperaturas muy bajas. Si es así, en la Antártica el agua se licua-adhiere en las cuencas subglaciales por la acción energética de los elementos que la conforman y por las altas presiones que ejercen las cubiertas de hielo.

Si el agua infiltrada en rocas sedimentarias (principalmente calizas), crea cavernas surcadas por ríos subterráneos, en los pesados y profundos glaciales, un proceso parecido mina y licua el hielo hasta formar enormes grutas. Es posible que en éste fenómeno natural, el agua resultante se caracterice por tener una consistencia menor al hielo adyacente; hecho que permitiría sobre-yacer agua-nieve en lechos congelados. De ser correcta esta deducción, corroboraría que a temperaturas muy bajas e internas el hielo se torna un poco más denso que el agua líquida súper-fría; contraposición al mismo proceso que ocurre en el exterior, donde por baja que sea la temperatura el hielo siempre flotará.

En el Universo algunos planetas y satélites distantes de su fuente de calor (estrella-sol), permanecen eternamente cubiertos de densas capas de hielo, que de acuerdo a los fundamentos de la CE y su interrelación cósmica, bajo esas congeladas plataformas existe agua plasmática (sobrecongelada), consecuencia de su cuarto estado físico. También por estas condiciones inusuales y particulares, es probable que las frías temperaturas sean muy inferiores al cero absoluto y, las formas de vida conocida, sean inexistentes. Esto comprobaría, que en planetas como HidroTerra, la ME por sus conceptos y funciones de equilibrio, facilita la vida y el desarrollo de los seres que habitan… En nuestro sistema estelar la frontera es la Nube de Oort situada a 9.46 Peta-metros del Sol.

Ante esta renovada perspectiva que ofrece el agua plasmática y su disponibilidad abundante y renovable -aunque concentrada en los grandes glaciales- se convierte en un objetivo prioritario; ya sea para lograr su reproducción en aquellas regiones costeras donde se requiera, como aprovechar los enormes bloques de hielo desprendidos de los bordes de los glaciales marinos, que se desplazan de los polos hacia el ecuador. Por  lo que su aprovechamiento se establecería:

I.    En conformidad con los fundamentos y alcances de las corrientes marinas frías, resulta muy conveniente y atractivo prolongar su desarrollo más allá de sus zonas actuales de convergencia (calmas ecuatoriales), por medio de adecuadas, seguras y eficientes estructuras oceanográficas, que faciliten por un lado, atenuar el poder devastador de las tormentas tropicales (huracanes, tifones) al reducirse la temperatura del agua del mar en sus zonas de formación y, por otro, que funcionen como versátiles hidrovías para trasportar iceberg lo más cercano a regiones costeras áridas.

II.   El traslado-remolque de grandes témpanos se haría con embarcaciones rápidas, sobre rutas de agua marina fría bien definidas y delimitadas para garantizar que un alto porcentaje de agua congelada llegue a su destino, donde existirían instalaciones idóneas para su recepción, licuación, almacenamiento, purificación y distribución… Si al transportar hidrocarburos entre las zonas de producción y consumo demanda ingentes inversiones energéticas y de capital -en especial para el gas natural licuado- conducir iceberg justificaría cualquier innovación para aumentar el volumen de agua dulce en regiones áridas y semi-áridas.

III.  Debido a su solidez, el mayor volumen de los iceberg -alrededor del 80%- queda bajo el nivel del mar, pero conforme se dirigen a los trópicos y el agua marina aumenta de temperatura pierden volumen. De modo que al propiciar su desplazamiento a través de las corrientes frías y remolcarlos con mecanismos apropiados, podrían ser conducidos hasta las cercanías del ecuador.

IV.   En este previsible y conveniente aprovechamiento de los iceberg, las regiones costeras por beneficiarse, serían las ubicadas en los océanos Atlántico sur (zonas australes de Sudamérica y suroeste de África), Indico (occidente y sur de Australia) y Atlántico norte (poniente de la península Ibérica y noroeste de África); en este último caso, como consecuencia de extender el recorrido de la corriente Islas Canarias. Por la inclinación del eje terrestre (Astro Giro Vertical) y la configuración continental, en el océano Pacífico no existen témpanos de magnitud importante, excepto en su convergencia con el océano glacial Antártico.

V.    Respecto a la posibilidad de desalar grandes volúmenes de agua, su viabilidad también se sustentaría en las corrientes oceánicas frías; a fin de que los consumos de energía requeridos para su congelación sean mínimos. Los sitios por seleccionarse, deben reunir varias ventajas como proximidad de corrientes frías, profundidad idónea, accesibilidad, facilidades costeras e interferencia mínima con la fauna marina. De cumplirse estos requisitos, podría resultar atractivo y económico tratar de imitar el ciclo hidrológico criogénico para obtener agua dulce en cantidad y calidad óptimas, mediante instalaciones subacuáticas y modelos eficientes de producción.

VI.   Al considerar que con la profundidad la temperatura del agua de mar se abate, aunado a que de preferencia se aprovecharían derivaciones de las corrientes encauzadas, congelar agua marina, sería una alternativa complementaria al transporte de iceberg y de futuros trasvases desde las principales cuencas hidrológicas hacia importantes centros urbanos, industriales y agropecuarios. Estas productivas fábricas sumergidas, que funcionarían aisladas, completamente protegidas y selladas con domos, generarían (en compatibilidad con los principios básicos de la CE y del cuarto estado físico-químico hídrico) agua dulce de alta calidad. También los sistemas criogénicos asociados, abastecerían de electricidad a las regiones circundantes, lo que aumentaría su rentabilidad al aportar abundante agua y energía.

VII.  Significa que la separación de los minerales se lograría en las mismas corrientes marinas, al aprovechar sus bajas temperaturas y con procedimientos e instalaciones plasmáticas confinadas, donde el agua solidificada emergería y se concentraría en campos marinos delimitados con boyas, pantallas y redes, a fin de trasladar los témpanos a tierra. Este procedimiento sería lo equivalente a enormes congeladores sumergidos en agua fría para mejorar los consumos de electricidad; energía que se proporcionaría, de centrales nucleares y de Frentes Frias Hidrocinéticos marinos (FFHCm).

VIII. Además, en los tramos de canalización de las corrientes marinas y donde las condiciones físicas lo faciliten se colocarían múltiples FFHCm de alta producción para completar los consumos de energía eléctrica regional. De ser factible la desalación, mediante los conceptos y principios que rigen al agua glacial -imitando a la naturaleza lo más apegado a la realidad-, los índices de producción aumentarían, al obtenerse simultáneamente agua y energía; sólo que de ésta manera inducida, sería sin la participación del viento frío y seco que optimiza el proceso natural.

IX.   Entre las corrientes marinas frías que se emplearían para el transporte de iceberg e instalación de grandes y futuristas industrias submarinas de desalación, estarían: Pacífico Norte: Oyashio y California; Pacífico Sur: Del Perú y Cabo de Hornos; Atlántico Norte: Del Labrador e Islas Canarias; Atlántico Sur: De Benguela y Cabo de Hornos; Indico: Occidental Australiana.

X.    Es oportuno reiterar: El actual ciclo hidrológico térmico-solar ya no puede aumentar el volumen de agua dulce en HidroTerra, debido a que la superficie de insolación oceánica y continental, hace millones de años es la misma… Desarrollar y estudiar propuestas innovadoras, en forma sencilla y práctica, permitiría equilibrar la distribución de agua dulce en el planeta, al aplicarse criterios, normas y procesos compatibles con los estados físicos del agua (vapor, líquido, sólido y plasmático), donde el agua glacial adquiriría preeminencia en esta renovada era de cooperación y progreso.

A continuación se expone el cuadro-resumen que compara y diferencia lo sustancial de los ciclos hidrológicos criogénico-plasmático y térmico-radioactivo, a fin de ponderar, comprender y visualizar mejor la trascendente relación e interdependencia de la CE, TE y ME en HidroTerra, que tienen como coordinación y expresión máxima energética-material el recurso agua:

C o n c e p t o                  CE: Ciclo Hidrológico                           TE: Ciclo Hidrológico

Fuente Energética 1          CrioEnergía: Fría y Oscura                      TermoEnergía: Calor y Luz

Eficiencia 2                       Ciclo Criogénico Concentrado                  Ciclo Térmico Esparcido

Concepto Físico               Solidificar, Sublimación y Licua                Gasificar, Condensación y Precipitar

Estado Natural                 Congelación y Aumento de Volumen          Evaporación y Volumen Disperso

Proceso                          Bajas Temperatura y Viento Seco             Altas Temperaturas y Viento Húmedo

Manifestación                   Plataformas y Témpanos de Hielo             Lluvias Tropicales e Invernales

Presencia e Incidencia      Antártica, Groenlandia, Glaciales               Aguas Oceánicas y Continentales

Numero de Fases             Solidificación y Licuefacción                       Vapor, Enfriar, Precipitar y Escurrir

Efectos Extraordinarios      Glaciaciones e Inundaciones de Hielo        Poderosas Tormentas e Inundaciones

Volumen Cíclico               Agua Congelada: 30 millones de km3           Agua Evaporada anual: 340 000 km3

Porcentaje Disponible 3     Polar y Glacial: 2.15%                               Superficial y Subterránea: 0.65%

Beneficios                        Reserva Mundial de Agua                          Según su Repartición Geográfica

Calidad y Cantidad             Excelente y Suficiente                               Contaminación Variable y Escasez

Influencia y Alteración       Cósmica y Astro Giro Vertical                    Glaciaciones y Deforestación-Erosión

Aprovechamiento 4            Iceberg y Corrientes Marinas Frías            Obras de Infraestructura Hidráulica

Futuro Mundial                  Abastecer a Regiones con Insuficiencia     Conflictos por Desigual Distribución

1 En HidroTerra la CE tiene presencia en la corteza, zona inferior de la atmósfera y en los glaciales.

2 En lo plasmático, la energía se aprovecha al máximo; en lo térmico, la mayor radiación se disipa.

3 El agua marina equivale el 97.2%. El agua dulce actual es el 0.30%. Glacial factible de uso 0.30%.

4 El agua glacial aseguraría la trascendencia humana y eliminaría desacuerdos por sus usos futuros.

De lo anterior se infiere que el ciclo hidrológico criogénico es altamente eficiente y productivo, con una contribución prominente para solventar la escasez de agua en varias naciones y regiones. Por sus conceptos físicos, en la actualidad queda confinado a las zonas más frías de HidroTerra y su uso inmediato se circunscribiría a iceberg que se desprenden de los glaciales de la Antártica y Groenlandia, los cuales se transportarían a través de las prolongadas corrientes de agua fría. En un futuro, la instalación de fábricas de hielo submarinas, también permitirían reproducir y diversificar su aprovechamiento.

Visualizar una nueva era de prosperidad y convivencia humana, como resultado de garantizar a muy largo plazo la disponibilidad de agua dulce se traduciría en un sostenido avance, que facilitaría dirigir y conjuntar acciones, planes, programas y proyectos para alcanzar ambiciosas metas. Así, al desvanecerse aflicciones y vaticinios catastróficos por la falta de agua, el hombre reorientaría sus esfuerzos a otras actividades científicas-tecnológicas para asegurar su estancia terrestre y presencia universal

Imaginar que los módulos industriales sumergidos podrían convertirse en complejos urbano-industriales, con oxígeno, agua, energía, alimentos y demás satisfactores en cantidades suficientes y de calidad, contribuirían a fortalecer y ampliar las alternativas de desarrollo humano Por su correcta ubicación, estas futuristas ciudades submarinas, no quedarían sujetas a fenómenos meteorológicos y sísmicos. Además, el agua al cubrir el 71% de la superficie terrestre y el hombre al contener la misma proporción, se cumpliría la máxima, de que sin importar el tiempo, todo regresa a su origen.

La solución alterna que representa los glaciales de la Antártica y Groenlandia, con la liberación de grandes bloques de hielo e imitando la forma en que se activa su ciclo hidrológico, convierten a tan congeladas regiones en las reservas mundiales de agua dulce y/o fresca. Con ingenio, coordinación y decisión de gobiernos, organismos internacionales de inversión y desarrollo e instituciones de investigación científica-tecnológica, lo que hoy parece una ilusión u objetivo inalcanzable se haría realidad. Obtener suficientes volúmenes de agua glacial, es un propósito asequible que complementaría el suministro de agua dulce y de buena calidad en el planeta.

El amplio y sui generis Proyecto Plasma-Agua, significa más que una esperanza. Es un planteamiento de extensos horizontes de aprovechamientos compartidos con fundamentos, programas y procesos innovadores, a fin de duplicar la disponibilidad de agua dulce. Asimismo, probaría en su más alta expresión la interdependencia y las funciones generales y específicas entre las energías suprema universal -CE- y radioactiva -TE-, que al ser moderadas y equilibradas por la ME la humanidad ampliaría sus perspectivas de posteridad, desarrollo y bienestar.

Valle de México. Mayo de MMVI

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